Su Dinero
Actualidad Número 131 / Domingo 28 de junio de 1998



Arte en la Piel
Desde 3 millones para un estudio de tatuaje

Las condiciones higiénico-sanitarias y la calidad del servicio, claves para consolidarse en el sector


Por Mercedes Gómez

Lucir un tatuaje está de moda. Con la llegada del buen tiempo, es habitual ver a muchas personas que exhiben tatuajes en alguna parte de su cuerpo como un añadido más a su estética.

La tattoomanía hace furor en España desde hace unos cuatro años. Las estampaciones en la piel, que tradicionalmente eran propias de marineros y militares, se han popularizado hasta convertirse en un complemento más de la imagen de muchas personas.

Aunque el arte del tatuaje se remonta a la antigüedad, las nuevas generaciones han vuelto a recuperar esta estética, y cada vez existen menos reparos a la hora de exhibir públicamente los dibujos corporales. Médicos, ejecutivos, universitarios, cantantes, actores... Todos ellos se atreven a lucir diseños sorprendentes en las partes más insospechadas de su cuerpo.

Sito, uno de los tatuadores de Studio Gaby, en Madrid (Fernando Quintela)

Este boom del tatuaje ha impulsado el resurgimiento de los profesionales que se dedican a esta actividad. Aunque a ciertos emprendedores pueda parecerles un negocio extravagante, los estudios de tatuajes se han convertido en una actividad interesante, no tanto para hacerse de oro como para vivir cómodamente.

Artistas del 'tattoo'. Aprender a dibujar sobre la piel no es cuestión de días. Por tanto, si le resulta atractiva esta actividad, usted puede convertirse en inversionista y gestor del estudio y buscar un tatuador profesional que preste el servicio a sus clientes. En España existen verdaderos profesionales del tatuaje y no es demasiado complicado encontrar la persona adecuada para atender el estudio.

Si se empeña en aprender las técnicas del tatuaje, tenga en cuenta que no existe ninguna escuela seria donde poder formarse. Los tatuadores suelen ser autodidactas o haberse iniciado en este oficio como aprendices en otros estudios. Las personas hábiles en dibujo tienen parte del terreno ganado. Si ponen interés, tras un período de un año como aprendices en un estudio profesional, estarán capacitados para empezar a desarrollar sus obras sobre la dermis.

Pese a que un grupo de profesionales del sector está haciendo enormes esfuerzos para que la Administración regule los negocios que surgen en torno a esta actividad, hoy no existe una legislación específica que controle la profesión y que establezca unos requisitos mínimos higiénico-sanitarios.

Mientras que no se apruebe una normativa específica, usted tendrá que darse de alta en Hacienda como Salón e Instituto de Belleza, epígrafe en el que hasta ahora se inscriben este tipo de negocios. Deberá darse de alta también en la Seguridad Social, además de pedir la licencia en el ayuntamiento correspondiente.

Los enclaves ideales para instalar su negocio son las calles céntricas o concurridas por público juvenil. Un local de 50 metros cuadrados será suficiente para empezar a funcionar. Dependiendo de su estado y de su ubicación, calcule que tendrá que invertir entre 1 y 3 millones de pesetas para costear las obras, el mobiliario, la decoración y el alquiler.

En el material y en el instrumental básico para empezar a funcionar necesitará invertir entre 2 y 4 millones más: en agujas, varillas, tubos, guantes de látex, botes higiénicos, máquina de tatuar, material de termicopia, colección de láminas con multitud de modelos para los clientes...

Además, es fundamental que incorpore aparatos de esterilización, como un autoclave y un equipo de ultrasonido, para tratar todo el material utilizado. Aunque no existe una normativa higiénico-sanitaria al respecto, el cliente que acude a los centros de tatuaje busca seguridad en este aspecto tan delicado. Por lo tanto, no debe escatimar ni una sola peseta en aparatos de esterilización. A medida desarrolle su actividad, ampliará sus herramientas y útiles de trabajo, y mejorará los existentes.

Atención al cliente. La permanencia de su estudio en el mercado dependerá de la atención que se preste al cliente y de la calidad de sus trabajos. Tenga en cuenta que en éste como en otros muchos negocios la publicidad boca a boca es la que mejor funciona. Cuando un cliente se acerque a su establecimiento sin tener muy claro lo que se quiere hacer, debe orientarle y aconsejarle sobre el tipo de tatuaje que más le conviene. A los indecisos, lo mejor es ofrecerles una buena información y tiempo para que reflexionen sobre su decisión. Un tatuaje es para toda la vida.

El precio del tatuaje en el mercado ronda las 5.000 pesetas para uno sencillo (lunas, estrellas, soles, flores...), que requiere alrededor de media hora de trabajo. Si el dibujo es más complicado y ocupa una parte importante del cuerpo, el tatuador cobra por horas. La tarifas suelen oscilar entre 10.000 y 12.000 pesetas por hora, aunque, si se trata de un profesional muy reconocido, el precio puede alcanzar las 20.000 pesetas.

La facturación ideal para que un negocio de estas características comience a ser rentable sería de unos 9 millones de pesetas al año. El plazo de amortización de la inversión inicial debe planificarse a tres años vista. Para complementar sus ingresos, algunos estudios de tatuaje ofrecen servicios estéticos alternativos, como el body-pearcing o la pintura en la piel con hena.

Este reportaje se ha elaborado con información de Sito, tatuador profesional; Gaby, dueño de los centros de tatuaje del mismo nombre; y Mao y Lucio, presidente y secretario de la Asociación de Tatuadores Profesionales de España, respectivamente.


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