Los españoles generamos alrededor de 360 kilos de basura por persona y año. Aunque entre tanto desperdicio, el papel, el cartón, las latas o las pilas, por ejemplo, son reciclables para un nuevo consumo, muchos ciudadanos continúan apilándolos indiscriminadamente junto con el resto de los desechos.

En determinados hogares aún no se ha adquirido este hábito, pero los ciudadanos más concienciados tampoco tienen a mano los medios oportunos para contribuir al reciclaje. En muchas zonas, los contenedores para papel o vidrio brillan por su ausencia.

La recogida selectiva de residuos es una necesidad imperiosa. Además de la implantación progresiva en los hogares de la separación de los desechos, la Ley de Envases y Residuos obligará a todas las autonomías a reciclar entre el 25% y el 45% de los envases.

Carmen del Moral, la promotora de Tele-Reciclaje, con uno de los contenedores que emplea (Carlos Barajas)

El cumplimiento de esta normativa sentará las bases para la aparición de nuevos negocios del reciclaje. Algunos emprendedores avispados ya han comenzado a vivir de las basuras ajenas.

La recogida a domicilio de residuos es uno de los servicios que comienzan a ponerse en práctica con unas optimistas perspectivas. Es un negocio muy sencillo que no requiere ningún conocimiento específico, y que consiste principalmente en facilitar y asegurar la recogida de materiales reciclables o reutilizables a las empresas y particulares que quieran contribuir, con su actitud ecológica, a la recuperación de materias primas.

Organización logística. Un servicio de recogida de residuos recupera cualquier material reciclable o el que debe ser destruido para no dañar el medio ambiente. Papel, plástico, aluminio, consumibles de informática y aceite doméstico, por ejemplo, necesitan recogida.

El éxito de su negocio dependerá de las facilidades que proporcione a sus clientes para despreocuparse de la basura. En una primera fase, deberá distribuir contenedores en aquellos puntos donde se solicite el servicio. Por ejemplo: cajas de cartón reciclable para el papel, bidones para aceites domésticos y bolsas de plástico con una caja como soporte para latas.

El siguiente paso consistirá en planificar correctamente la ruta de retirada y transporte de los residuos. Es fundamental que sea puntual en los plazos de recogida y que no pasen más de 48 horas desde el aviso hasta que el personal encargado del transporte se persone en el domicilio.

Como el teléfono será el medio para atender las peticiones de los interesados, es primordial que la empresa cuente con un programa informático para el control de abonados y de contenedores.

Otro factor clave para introducirse en el mercado es estipular unas tarifas asequibles para los usuarios. Recuerde que los ciudadanos no están acostumbrados a que le cobren por retirarles sus residuos. A modo de referencia, puede establecer un precio de unas 1.000 pesetas como fianza por la entrega de cada contenedor y unas 600 pesetas por cada recogida.

Plantas de reciclaje. ¿Qué hará con los desechos que generen sus clientes? Antes de comenzar a prestar el servicio, debe contactar con centros de reciclaje especializado en cada producto, para depositar los residuos para su reutilización.

El depósito de determinados materiales puede reportarle algún dinerillo que, aunque no signifique grandes ingresos para la empresa, cubrirá gastos como la gasolina empleada en el transporte. Por ejemplo, aunque el precio del papel fluctúa bastante, podrá conseguir unas seis pesetas por kilo.

Si el cliente se lo solicita, tendrá que expedir certificados avalados por la empresa recicladora de que el material entregado ha sido destruido o indicando para qué ha sido utilizado.

Aunque la legislación general no exige ningún permiso especial para este tipo de servicio, la destrucción de determinados materiales, como los consumibles informáticos, requiere una autorización directa de su Ayuntamiento para poder depositarlos en los vertederos municipales.

Infraestructura. Para poner en marcha un negocio de estas características, será suficiente con un equipo de tres personas. Los enclaves ideales son ciudades con un mínimo de 250.000 habitantes.

La inversión inicial se situará en torno a los tres millones de pesetas. Necesitará alquilar un local de unos 60 metros cuadrados para oficina y almacén, y una furgoneta, que puede ser de segunda mano si no quiere realizar un gran desembolso; también adquirir una partida de unos 100 contenedores y un programa informático para llevar control de entregas y recogidas.

A medida que gane clientela, irá reinvirtiendo sus ingresos en la ampliación de su parque de contenedores. Si necesita más transportistas, puede contar con autónomos para prestar el servicio.

Del capital inicial, deberá reservar alrededor de un millón de pesetas para hacer frente a los gastos fijos. Necesitará entre un año y un año y medio para que su empresa empiece a rodar.

Aunque la sociedad está cada vez más concienciada, deberá esforzarse para que el público conozca su servicio. El telemarketing puede ser una buena fórmula para llegar a sus clientes potenciales: particulares, comunidades de vecinos, colegios, comercios y empresas.

Tele-Reciclaje. Convencida de la importancia de la gestión de los residuos, a Carmen del Moral se le ocurrió la idea de aprovechar la estructura de la empresa de transportes familiar para crear O' Clock, una división ecológica destinada a la gestión y transporte de desechos generados en las empresas. Introducida en este campo, esta emprendedora ecológica decidió ampliar su negocio a particulares y creó Tele-Reciclaje, un servicio a domicilio de entrega y recogida.

Animada por el éxito, Carmen ultima los detalles para implantar el servicio en Sevilla. Si la fortuna la sigue acompañando, no descarta instalarse en otras provincias a través de socios colaboradores.

O'Clock.
Servicio de Tele-Reciclaje
C/ Ibiza, 24 Bajo D. 28009 Madrid
Tf: 91 573 87 88
e-mail: oclock @encomix.es

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