SU DINERO

Número 18 / Domingo 18 de Febrero de 1996

Una Inversión para Estar en Forma

16 millones en un gimnasio

Un sector con riesgo en el que se pueden ganar hasta 8 millones de pesetas el primer año


Por María Irazusta

Mimar el cuerpo en el gimnasio, después de maltratarlo con hábitos poco saludables, es una práctica que va en aumento.
Montar un gimnasio puede ser un buen cobijo para sus ahorros, aunque hay que escoger muy bien porque existe riesgo de perder la inversión. Algunos centros cierran sus puertas mientras observan cómo la competencia, mejor preparada, se adueña del mercado.
Existen dos modelos de gimnasio que ofrecen buenas posibilidades de negocio: el mediano (muy especializado) y el gimnasio grande (tipo club). El gimnasio tradicional de barrio, carente de buenas instalaciones, tiene hoy escasas posibilidades de sobrevivir.

Especialización.
Para un gimnasio de tamaño medio (más de 300 metros cuadrados) es necesario buscar una especialización. Las artes marciales o el culturismo son algunas de las alternativas.
Un buen equipo de profesionales, un esmerado programa de actividades, una correcta selección del lugar de ubicación del centro (escasa competencia y adecuación a la demanda) y un trato muy personalizado al cliente deben ser las principales máximas para quien se decida por esta alternativa. Para un local de algo más de 300 metros cuadrados, la inversión necesaria no es inferior a los 16 millones de pesetas. Si la superficie es mayor, también deberá incrementarse el esfuerzo inversor. La rentabilidad del negocio es muy variable. No obstante, algunos propietarios de centros urbanos aseguran que sus beneficios antes de impuestos se sitúan entre los 8 y los 10 millones anuales.
El acondicionamiento del gimnasio es el capítulo que requiere mayores gastos, aunque el precio de la maquinaria también es un factor destacable. Así, la adquisición de aproximadamente 20 aparatos de fitness-musculación y cardiovasculares cuestan 3 millones de pesetas. El gasto mínimo para la instalación de una sauna supera las 350.000 pesetas.Con un presupuesto más alto se pueden ampliar las prestaciones del centro con la incorporación de un gabinete de rayos UVA (aproximadamente 400.000 pesetas) o una sala de masajes (150.000 pesetas).

Seguridad e higiene.
Es obligatorio construir como mínimo dos baños y dos duchas en cada vestuario, cifra que debe incrementarse en relación al número de clientes. En cuanto a las medidas de seguridad personal y contra incendios, el gimnasio debe contar con un botiquín, dos extintores por cada 400 metros y, si supera los 25 metros de longitud, una salida directa al exterior.

Más caros.
Otra posibibilidad, mucho más costosa, es la de la apertura de un gran gimnasio, de una extensión de entre 600 y 900 metros cuadrados. Este tipo de negocio se nutre de clientes de clase social media-media, por lo que hay que prestar especial cuidado al lugar de ubicación.
La inversión total necesaria se sitúa entre los 20 y los 26 millones. Existen muchos lugares que, con una población superior a los 50.000 habitantes, ofrecen buenas posibilidades.

Franquicia.
Body Factory es la primera red de gimnasios en régimen de franquicia que funciona en nuestro país. El canon de entrada es de 1 millón de pesetas. Cobra a su franquiciado el 1,5% sobre las ventas. La inversión total se sitúa en torno a los 28,5 millones de pesetas. Prevé unas ganancias de unos 8 millones en el primer año y de 15 millones en el segundo.

Licencias y personal.
Para cualquier tipo de gimnasio es necesario un permiso del Ayuntamiento. Se necesita un perito o ingeniero para realizar el proyecto. El personal docente -un mínimo de cuatro personas- debe ser experto en las distintas materias. Este equipo se encuentra en las escuelas, centros de formación e Institutos de Educación Física.

Los datos que aparecen en esta información han sido proporcionados por varios gimnasios. Los de las franquicias han sido facilitados por la propia empresa.


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