En los últimos 15 años, los españoles
hemos más que duplicado nuestro consumo de helados.
No obstante, aún estamos significativamente
por debajo de la media europea (8 litros per cápita
y año frente a los 5,2 de España).
Optimistas/prudentes.
Inversión.
Experiencia.
Originalidad.
Los datos han sido aportados por las empresas de franquicia
y por la Asociación Española de Fabricantes
de Helados.
La proliferación de cadenas de heladerías
por nuestra geografía parece confirmar estas
expectativas optimistas y abre una nueva oportunidad
para quienes estén pensando en montar un negocio
por su cuenta.
La oferta de franquicias en este sector ha aumentado
sustancialmente. Es más, hay cadenas que acaban
de iniciar su expansión (son los casos de I
Can't Believe It's Yogurt y TCBY), lo que aumenta las
opciones para los que quieran ganar dinero vendiendo
cucuruchos y tarrinas.
Se puede decir que la oferta de franquicias en heladerías
es de dos clases: por un lado se encuentran las que
creen que la estacionalidad de este sector seguirá
disminuyendo en los próximos años y,
por tanto, dirigen su negocio casi exclusivamente a
la venta de helados. Son los casos de Baskin Robins,
I Can't Believe It's Yogurt y TCBY (esta última
con matices, como veremos más adelante).
Por otro lado, están los menos optimistas -o
más prudentes-, que ofrecen otros productos
alimenticios (bollos, pasteles, pizzas, bocadillos,
ensaladas) para protegerse de las épocas de
menor demanda de helados. Son los casos de Farggi Tub's
& Ice Cream, Gino Ginelli y Taruffi.
Usted podrá optar por una u otra fórmula
dependiendo de cuál sea su perfil.
La inversión mínima necesaria para montar
una heladería (incluido el canon de entrada)
es de 3 millones de pesetas. Ésta es la cifra
que enseñas como Baskin Robins o Farggi calculan
para los llamados <<corner>> (pequeñas
heladerías dentro de otros establecimientos
o dentro de centros comerciales).
Desde este mínimo se puede subir hasta los 25
millones, con muchos escalones intermedios que harán
más fácil que usted encuentre el modelo
que se adapte a sus intereses.
Los cánones de entrada oscilan entre las 500.000
pesetas (Gino Ginelli, <<corners>> de Farggi)
y los 3 millones de Baskin Robins.
En términos generales, las enseñas de
heladerías no imponen al franquiciado ningún
pago en concepto de royalty y/o publicidad. Pero siempre
hay excepciones a la regla: Gino Ginelli cobra el 5%
por royalty y Taruffi 300.000 pesetas/año como
canon de publicidad.
Si todo marcha bien, el sector de heladerías
es muy rentable. Las franquicias que se atreven a proyectar
la facturación y beneficios en los primeros
años coinciden en señalar que se puede
obtener un margen del 20/30% desde el primer ejercicio.
No obstante, también hay algunos casos de compañías
que están atravesando serias dificultades. Por
ello -y como siempre aconsejamos-, tome todas las precauciones
posibles: hable con franquiciados ya instalados y solicite
los balances de la enseña.
Gino Ginelli tiene la red más extendida del panorama
nacional, con 75 establecimientos funcionando. Le sigue
la norteamericana Baskin Robins, que cuenta con 30
heladerías, todas ellas franquiciadas. Farggi
tiene 22 (17 franquicias y el resto establecimientos
propios) y Taruffi 14 (9 franquiciados).
Las empresas estadounidenses I Can't Believe It's Yogurt
y TCBY no tienen aún en funcionamiento ninguna
franquicia, aunque su red en el extranjero (1.300 y
3.000 heladerías, respectivamente) compensa
en parte esta falta de experiencia.
El caso de TCBY (helados con base en el yogurt, en lugar
de leche), merece un comentario aparte. Aunque pertenece
al bando de los optimistas (sólo vende helados),
ofrece la posibilidad de conceder al franquiciado una
doble licencia: la propia de TCBY y la de otra compañía
norteamericana (Blimpie), especializada en sandwiches
americanos (los <<Subs>>).