SU DINERO

Número 41 / Domingo 28 de julio de 1996

Las Alegrías de Vender Vino

Desde 15 millones para montar una bodega

El propietario debe conocer todos los caldos que tiene a la venta para aconsejar a los clientes


Por Paloma Bravo

El año pasado, cada español consumió en su casa 12,4 litros de vino y cava, sin contabilizar lo que cada uno pudo beber en bares y restaurantes. Sin embargo, y a pesar de que esta cifra pueda parecer en principio elevada, tan sólo se trata de poco más de una botella (750 cl.) al mes. Y es que en España, aunque es el tercer país productor del mundo, la cultura del vino únicamente está arraigada en un reducido grupo de población mientras la mayoría desconoce el placer de paladear un buen vino.
La tienda de vinos es uno de esos lugares en los que muchos ciudadanos se encuentran perdidos. Ven cientos de marcas, denominaciones de origen, años y precios donde elegir. Por ello, si usted piensa montar una bodega deberá conocer cada uno de los caldos que tenga en sus estanterías, ya que la mayoría de sus clientes le pedirá consejo sobre el vino más adecuado para una determinada cena, sin importarle su coste, mientras que otros buscarán un buen caldo a un precio asequible.

Condiciones.
Además de ser amante del vino y de tener algunos conocimientos sobre la materia, también le conviene poseer cierto espíritu comercial.
Para iniciarse en este negocio, debe saber qué tipo de clientela visitará su establecimiento para así conocer de antemano sus posibles preferencias. La región donde abra su bodega marcará las pautas sobre los vinos que ha de tener. Así, si es en Galicia, no dude que los reyes serán el Albariño, Ribeiro o Rosal, mientras que en Madrid, el Rioja, Ribera del Duero y Valdepeñas serán los más demandados. En todo caso, el Rioja no debe faltar nunca, ya que es el más apreciado.
La ciudad y el barrio también tendrán importancia, porque reflejan el poder adquisitivo de su clientela. Por regla general, los clientes más asiduos se gastarán entre 500 y 1.000 pesetas por botella, aunque también habrá otros que se lleven cajas enteras de alguna marca especial para celebrar una boda o para regalar a sus clientes. En un principio, esto último le parecerá lo más rentable, pero no olvide que ante todo deberá buscar la fidelidad de sus clientes, ya que sobre ella se sustentará el éxito de su bodega.
Pero como no sólo de vino vive el hombre, también deberá disponer de otro tipo de bebidas alcohólicas, como cavas, aguardientes, licores y ginebras, entre otros. Y tenga en cuenta que, en fechas muy concretas, como las navideñas, la venta de cava le reportará sustanciosos beneficios. Por ello, ha de tener una gran variedad de estos vinos espumosos y, aunque hay cavas españoles de una gran calidad, también deberá almacenar algunos champagnes para aquellas personas que los soliciten.

Presupuesto.
Sepa que, durante los primeros años y sobre todo nada más abrir su establecimiento, tendrá que comprar todos los vinos a los bodegueros, porque ninguno le dejará mercancía en depósito, de modo que al menos necesitará unos 15 millones de pesetas para ofrecer una selección aceptable de caldos en sus estanterías y contar con un remanente para futuras compras. Con el paso del tiempo, tendrá que ir renovando y ampliando las marcas y deberá buscar vinos desconocidos para el público pero que sean de buena calidad y que puedan satisfacer a su clientela.
Si tiene habilidad comercial y es un buen conocedor de vinos, podrá amortizar su inversión en unos cinco o seis años.
Necesitará un local de unos 50 metros cuadrados, que distribuirá entre la tienda y el almacén. Su establecimiento ha de contar con unas características muy concretas para que el vino se conserve de forma adecuada: procure que no entren los rayos de sol; si no es un sitio fresco, deberá climatizarlo porque los vinos no deben soportar altas temperaturas; y necesitará surtirse de estanterías para colocar tumbadas las botellas en reposo. Con el tiempo, será oportuna la instalación de un sistema que regule el grado de humedad del ambiente, a fin de que sus productos se mantengan en óptimas condiciones.
Pero, como en cualquier otro negocio, siempre existe un riesgo. En este caso puede suceder que, si almacena mucho vino joven y no lo vende en el año, se le estropee, y por tanto pierda el dinero que haya invertido en su compra. Por eso es tan aconsejable la cautela en los pedidos.
Su trabajo le obligará a visitar muchas bodegas en busca de los mejores caldos. Además, tendrá que ocuparse de hacer los pedidos, revisar las reservas y, en ocasiones, colaborar en la carga y descarga de las cajas que le lleguen. Por estos motivos, será conveniente que no lleve usted solo el negocio y que cuente con al menos un empleado que le ayude en estas tareas.

Casa Larreina.
Este establecimiento madrileño, con sólo cuatro años de edad, se ha convertido en una referencia para los amantes del vino, con más de 1.400 botellas diferentes entre vinos, cavas, aguardientes y otras bebidas alcohólicas.
En esta bodega se pueden encontrar vinos desde las 200 a las 100.000 pesetas. La buena relación calidad/precio es una de las cualidades más apreciadas por sus fieles clientes.


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