SU DINERO

Número 43 / Domingo 15 de Septiembre de 1996

Sastres del Papel

Un millón para montar un taller de encuadernación

En dos años conseguirá amortizar la inversión inicial en maquinaria y herramientas


Por Paloma Bravo

El "boom" de los fascículos coleccionables ha hecho que una profesión artesanal y minoritaria como la encuadernación haya comenzado a florecer en los últimos años. Pero el trabajo de encuadernador no sólo se ciñe al cosido y encuadernado de los fascículos; las tesis doctorales, los proyectos de arquitectura y la restauración de libros antiguos son otras posibilidades con las que cuenta este gremio para desarrollar su actividad y su futuro como negocio.
Para iniciarse en este trabajo, si usted siente interés y curiosidad por él, lo más adecuado será que acuda a una escuela en la que le enseñen los secretos de este oficio. En la actualidad existen numerosos centros que imparten esta enseñanza, de carácter privado, aunque también puede aprenderla, si se encuentra desempleado, a través de cursos gratuitos impartidos por el Instituto Nacional de Empleo (INEM).

Formación.
El curso en los centros privados tiene la duración de un año académico y, habitualmente, las clases son de cuatro horas, un día a la semana. Su precio total oscila entre las 12.000 y 25.000 pesetas, y allí le facilitarán todos los materiales necesarios para el conocimiento de esta profesión.
Con un curso podrá defenderse cuando vaya a encuadernar fascículos o libros sencillos, pero será conveniente que aprenda esta profesión durante dos años para poder emprender cualquier trabajo por difícil que resulte.
Una vez adquiridos los conocimientos, sólo necesitará iniciativa y dinero para montar su propio taller de encuadernación.
Será importante que su establecimiento esté situado en una zona céntrica de la ciudad, aunque no necesitará que sea en una calle principal, pues el cliente que quiere encuadernar un libro busca el taller o va a él porque se lo ha dicho un amigo.

El local deberá tener un mínimo de 40 metros cuadrados, ya que ha de contar con bastante maquinaria (guillotina, prensa, cizalla) y herramientas (plegadora, rejón, bisturíes y telar de agujas, pasa coser los libros).
Si, por fortuna, conoce algún taller que vaya a vender su material, intente comprarlo de segunda mano, ya que le supondrá un gran ahorro y podrá conseguir todo lo necesario por un millón de pesetas. De no ser así, deberá disponer de al menos dos millones de pesetas, siempre que no requiera maquinaria más precisa, pues, por ejemplo, una guillotina eléctrica nueva le supondrá un desembolso de alrededor de un millón.
Si, a pesar de todo, el coste de material se le hace muy cuesta arriba, contar con un socio puede ser una solución, tanto para el reparto del trabajo como para el de la inversión.
Desde un primer momento debe tener muy claro que, inicialmente, usted y su socio, si lo tiene, serán los únicos trabajadores, y hasta que no se hagan con un cliente importante, como puede ser una empresa que quiera editar unos 500 libros, no podrán contratar a nadie.
Su inversión quedará amortizada en el plazo de dos años, fecha a partir de la cual conseguirá que su empresa tenga beneficios, tras descontar su sueldo y los gastos en materiales.

Un trabajo bien hecho, un trato agradable y un tiempo de entrega corto y, por supuesto, precios asequibles serán sus mejores armas comerciales. Así, por realizar la encuadernación sencilla de un libro no deberá cobrar demasiado, entre 1.000 y 2.000 pesetas; y siempre será preferible que rehuse un trabajo a que lo acepte y lo entregue mal acabado o con algún defecto, ya que no ganará un cliente sino que lo perderá.
Pero no sólo tendrá que encuadernar. En ocasiones, y dependiendo del estado en el que le lleven los libros, deberá restaurar también el papel antes de poder encuadernarlo. Por ello, sus conocimientos han de ser amplios para acometer cualquier tipo de trabajo que le entreguen.
Además de las muchas horas de dedicación que supone este oficio (en la encuadernación de un libro, alrededor de una hora como mínimo), deberá disputarle el mercado a talleres más industrializados que, a juicio de los artesanos, tiran los precios, porque al tener más medios pueden llevar a cabo trabajos voluminosos, como puede ser la encuadernación de más de 2.000 libros. Una cifra que un taller artesano no puede realizar a no ser que cuente con mucho tiempo para la entrega.
Para ello, tal vez sea necesario que se publicite a través de anuncios en prensa o mediante el sistema de buzoneo. Aunque el buen hacer y sus clientes serán las mejores fórmulas de promoción.

Elenco.
Esta escuela taller lleva funcionando desde 1986. Sus dos socias comenzaron su andadura tras acabar sus estudios en la Escuela de Artes Aplicadas y confiar en este oficio como una buena forma de ganarse la vida.
Además del taller, cuentan con escuela propia en la que imparten cursos de encuadernación y restauración de libros. Anualmente enseñan a unos cuarenta alumnos interesados en el aprendizaje de esta profesión.


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