SU DINERO

Número 61 / Domingo 19 de Enero de 1997

Manos que Hacen Dinero

Desde 900.000 pesetas para montar un taller de cerámica

Si logra facturar al menos 5 millones de pesetas anuales, amortizará su inversión en tres años


Por Mercedes Gómez

Una afición artesanal bien puede convertirse en el punto de partida de un interesante negocio. Si es usted un emprendedor indeciso y además tiene estudios de cerámica, no es descabellado que se plantee la posibilidad de montar su propio taller. Oficios como el de ceramista parecen condenados a la extinción. Sin embargo, la artesanía del barro le puede dar de comer si logra un hueco en el mercado para sus productos.
Para iniciarse en este negocio, la formación es fundamental. Existen escuelas oficiales en las que se pueden aprender todos los secretos del trabajo del barro. Se imparten diferentes especialidades y cada una consta de dos años de duración. Si lo que necesita es perfeccionar su técnica, puede participar en los cursos que desarrollan las diferentes asociaciones de artesanos.
Si ha decidido ganarse la vida como ceramista, necesitará un local de unos 40 metros cuadrados para trabajar cómodamente. Dispondrá de espacio suficiente para instalar un horno, unas mesas grandes donde poder trabajar, estanterías para ordenar los materiales y las herramientas, y podrá reservar un apartado para almacenar las piezas que vaya fabricando.

El local más barato.
La ubicación del local no será decisiva para el negocio, pues no tendrá que atender directamente al público. Busque entonces una zona donde los precios de alquileres o venta de locales sean más asequibles a su bolsillo. El equipamiento del taller y la compra del material y utensilios básicos le supondrán un desembolso de unas 500.000 pesetas. Con esta cantidad, podrá comprar el mobiliario, la materia prima, herramientas de modelaje, pinceles, pinturas, esmaltes, etc. Además, tendrá que reservar una partida bastante importante para instalar la pieza clave de cualquier ceramista: el horno para la cocción del barro. El coste de un horno de unos 0,15 metros cuadrados oscila entre las 300.000 y las 400.000 pesetas. Si tiene suerte, podrá encontrar alguno de segunda mano, con lo que se ahorrará algún dinero.
En función de la técnica que vaya a utilizar, tendrá que elegir entre un horno a gas o eléctrico. Si prefiere el gas, es imprescindible que se instale en un local con salida de humos, y deberá cumplir con los requisitos de la normativa técnica vigente sobre la emisión de gases.
Si va a trabajar con el horno eléctrico, tendrá que realizar una instalación acorde a la potencia que consuma el aparato, que puede salirle por unas 80.000 pesetas. Para ahorrar en sus facturas, es aconsejable que contrate la tarifa nocturna para que el horno funcione por la noche. Como en cualquier otro negocio, un taller de cerámica necesita los permisos de apertura del local, darse de alta en el Ministerio de Economía y en la Seguridad Social, y la concesión de los permisos oportunos en materia de higiene y sanidad.
El sueño inalcanzable de la mayoría de los ceramistas es dedicarse exclusivamente a crear y a fabricar piezas. En los inicios del negocio, no podrá permitirse el lujo de contratar a otra persona y tendrá que restarle tiempo al modelaje para dedicarse a las relaciones comerciales y a gestiones varias. Si no quiere fracasar, tendrá que trabajar entre 8 y 10 horas diarias.

Buscar clientes.
La búsqueda de clientes y canales de distribución, que es el principal problema de cualquier artesano a la hora de introducirse en el mercado, será una dura tarea en la que tendrá que poner especial empeño. Si quiere que sus piezas encuentren comprador, tendrá que triunfar como relaciones públicas. Empezará por visitar tiendas especializadas para dar a conocer sus piezas. Un buen complemento es la participación en las ferias del sector, como medio de ampliar sus contactos y su cartera de clientes. Un apoyo interesante para rentabilizar su negocio es convertir su taller durante unas horas al día en un centro de formación. Las clases particulares le vendrán 'de perlas' para asegurar mensualmente unos ingresos fijos. Lo ideal es contar con un mínimo de diez alumnos, procurando agruparlos para que no interrumpan excesivamente su trabajo en el taller. Un precio razonable para atraer alumnos sería unas 15.000 pesetas mensuales, incluyendo cuatro horas semanales de formación y los materiales de trabajo. Con una facturación anual de entre 5 y 7 millones, cubrirá gastos, pagará los materiales y recibirá su sueldo. Con estas ventas, el taller se puede rentabilizar en tres años. En cerámica, el margen de ganancias suele ser bastante bajo.
La Casa de Comercio es uno de los proyectos del Banco Mundial de la Mujer para prestar apoyo a las artesanas de toda España. Les presta gratuitamente un espacio durante dos meses para vender sus productos.


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