Su Dinero
Actualidad Número 98 / Domingo 9 de noviembre de 1997



Idiomas sin Fronteras
Desde 1,5 millones de pesetas para una agencia de traduccion

Si factura más de 300.000 pesetas mensuales, podrá amortizar su inversión antes de 18 meses


Por Mercedes Gómez

La creciente apertura hacia mercados internacionales exige a las empresas manejarse en varios idiomas. Las relaciones comerciales con otros países generan cartas, documentos, informes y papeleo diverso que necesita llegar a su lugar de destino en la lengua vernácula. El obstáculo del idioma se puede superar si se solicitan los servicios de una agencia de traducción.

Montar una agencia de este tipo es una alternativa a la que pueden optar licenciados en diferentes filologías, traductores, intérpretes o personas bilingües, aunque tampoco es indispensable que las lenguas extranjeras sean su fuerte. El secreto reside en una gestión comercial efectiva y en consolidar un equipo de colaboradores que puedan resolver con eficacia todas las peticiones de los clientes.

La puesta en marcha del negocio puede hacerse desde el propio domicilio, habilitando un espacio como lugar de trabajo. De esta forma, podrá ahorrar una cantidad considerable en nóminas y alquileres. Si el negocio va viento en popa, ya encontrará el momento para trasladarse a una oficina. Tendrá que estudiar si le interesa más darse de alta como autónomo o constituir una sociedad.

Equipo necesario.

Sus herramientas de trabajo serán un equipo informático con un módem/fax; correo electrónico e Internet para agilizar la recepción/envío de documentos; una fotocopiadora; dos líneas de teléfono y algunos diccionarios de consulta. Con una cantidad aproximada de 500.000 pesetas podrá adquirir los elementos básicos para prestar el servicio.

Anastasio Santan es franquiciado de la empresa Tradufax y trabaja en su propio domicilio

Como promotor del negocio, sus tareas consistirán principalmente en la captación y atención de los clientes y en la gestión de los pedidos. Si está capacitado para traducir, puede resolver también algunas de las peticiones realizadas por los clientes. Los primeros seis meses de funcionamiento resultan los más duros, ya que tendrá que dedicarse de lleno a la búsqueda de clientes.

Si realiza un trabajo minucioso y ofrece un servicio de calidad a precios competitivos, encontrará empresas que le den su primera oportunidad. La publicidad puede ayudarle también a vender mejor sus servicios. Pruebe a editar unos folletos publicitarios para ofrecer una imagen de seriedad ante sus clientes. Si no dispone de demasiados recursos, anúnciese en las Páginas Amarillas. Calcule que tendrá que dedicar un mínimo de 500.000 pesetas a las acciones de promoción. Además del desembolso inicial, tendrá que reservar entre 500.000 pesetas y 1 millón para hacer frente a los gastos que se produzcan mientras lleguen los primeros ingresos.

Si quiere consolidar su negocio, es imprescindible que asiente un equipo de traductores-colaboradores free-lance que respondan en los plazos y en la calidad de la traducción. Si bien ampliará el equipo en función de la demanda, su base de datos inicial deberá incluir un par de traductores de cada una de las lenguas de la Unión Europea, y otros especializados en idiomas menos habituales como el árabe, el ruso, el chino o el japonés.

Además, tendrá que contactar con traductores jurados, que son los únicos con atribuciones para traducir documentos oficiales. Para crear su base de datos, deberá recurrir a las agrupaciones o asociaciones que aglutinan a este tipo de profesionales.

Una vez que se haya hecho un hueco en el sector, las peticiones de sus clientes le exigirán una ampliación de sus servicios: intérpretes simultáneos, transcripción de cintas, azafatas con idiomas, acompañantes para viajes, clases particulares...

Las tarifas por las traducciones escritas se establecen en función de la dificultad y la longitud del texto, así como del idioma, además de si se trata de una traducción directa o inversa. Normalmente, se cobra por palabras y los precios oscilan entre 5 y 20 pesetas cada una. En el momento de entrar en el mercado, es preferible que establezca unas tarifas competitivas.

El margen bruto de beneficio que podrá conseguir con las traducciones oscilará entre un 20 y 30% cuando trabaje con colaboradores. Si usted mismo se ha encargado de realizar el trabajo, le quedará íntegro el importe que cobre al cliente, descontando los mínimos gastos que esa traducción haya podido generar. Lo ideal es que facture mensualmente entre 300.000 y 400.000 pesetas para cubrir gastos, amortizar la inversión inicial y obtener su sueldo. Así, en un período 12 ó 18 meses podrá recuperar el capital invertido.

Apoyo de una franquicia.

Tradufax busca teletrabajadores plurilingües, con dominio del inglés, para ampliar su cadena de franquiciados. Las actividades de Tradufax se centran en las traducciones por fax o Internet, interpretación telefónica, servicios de intérpretes y traducción de catálogos, entre otros.

Gracias a la estructura de la red, el franquiciado siempre puede cubrir todas las necesidades de trabajo apoyándose en el resto de los socios. Además, la empresa pone a su disposición un número de teléfono para atender su pedido.

El canon de entrada es de 100.000 pesetas y el franquiciado debe abonar un royalty mensual de 25.000 pesetas, más un canon de publicidad de otras 15.000. El equipo para prestar los servicios corre por cuenta del franquiciado.


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