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    EL MUNDO - Domingo 30 de abril de 2006 - Número 278  
  EL VIDEOJUEGO
Errores reparados
LA SEGUNDA ENTREGA DE ‘SPELLFORCE’ APRENDE DE LOS FALLOS DE LA PRIMERA. UN JUEGO EQUILIBRADO Y MUY ENTRETENIDO
 
  XAN PITA  
 
El rol manda sobre la estrategia en este 'Shadow of War'.
El rol manda sobre la estrategia en este 'Shadow of War'.

Esta vez nos han hecho caso a jugadores y periodistas. Porque el primer Spellforce, aun cuando proponía una curiosa mezcla de géneros, lo dejaba a uno con cierta sensación de proyecto incompleto, de criatura a medio camino entre el rol o a la estrategia. Ahora, después de haberme dado un generoso garbeo por Eo, el enésimo mundo apuntalado sobre magia y medievo en salir del armario y abrazar las tripas del PC, veo que los diseñadores de Phenomic han tomado buena cuenta de las sugerencias apuntadas por el público en los foros y por la prensa especializada. Porque Spellforce 2: Shadow of War es un juego al que se le han limado todas las asperezas.

CAMBIO SUTIL. Tampoco ha cambiado tanto. Ni hacía falta. Partir de cero y rediseñarlo, con tantos aciertos por explotar habría sido un error. Las novedades son, digamos, más sutiles. En términos globales, los creadores han puesto el acento en el rol. Hay una gran cantidad de mapas que lo remiten a uno a Diablo 2 o Dungeon Siege, escenarios en los que de tanto en tanto un grupo de insensatos intenta frenar el avance de los buenos, aventuras en minas abandonadas que deben ser saneadas a mandoble limpio por el héroe, y su cuadrilla de aventureros. Siguiendo la estela del rol más cazurro, las búsquedas suelen tirar por el camino del mata a X número de criaturas o encuentra el objeto Y. Afortunadamente, hay algo más que recorrer escenarios buscando a tipos a los que rebanar el pescuezo, y las misiones también incluyen pequeños puzzles o toma de decisiones que cambian el rumbo de la partida. ¿Y la estrategia? Los miembros de Phenomic la han simplificado hasta el punto que las opciones tácticas y de construcción se quedan en lo mínimo. De los siete recursos del original se ha pasado a tres, y los exasperantes árboles de construcción, tan complejos que desdibujaban la diversión, evolucionan aquí a un conjunto de edificios básicos. El resultado es inmediato: el juego prescinde del micro-mantenimiento y le guiña el ojo al combate de proporciones generosas.

LINEAL. Esta especie de puesta a punto del juego se deja notar también en la interfaz. Afortunadamente, los tics más típicamente molestos propios tanto del rol como de la estrategia se han enviado al limbo. Por ejemplo, a los constructores se les puede asignar tareas de forma automática justo después de su creación; se añaden botones con los que dar órdenes de construcción mientras se combate y las localizaciones de objetos y personajes no claves para resolver una búsqueda aparecen señalados en el mini mapa, lo que borra de golpe y plumazo una de las incompresibles idiosincrasias del RPG: patearse cada cuadrícula de un escenario para poder seguir adelante.

A pesar de lo que puedan pensar los escépticos, que quizás acusen al juego de darlo todo masticado, no se puede negar que la partida es infinitamente más cómoda y que el juego ha logrado encontrar el equilibrio entre los dos géneros.

Claro que esta reestructuración de conceptos ha tenido que pagar un precio. Lo que primero se detecta tras varias horas de juego es un exceso de linealidad en la campaña para un solo usuario. Un problema, dicho sea de paso, que deja de ser tal gracias al ritmo, extremadamente ágil, y a la sucesión de búsquedas lo suficientemente atractivas como para olvidar todo lo que no sea aniquilar al personal.

BUEN TRABAJO. Con todo, no cabe duda de que Phenomic ha hecho un excelente trabajo. El lavado de cara sufrido por Spellforce ha sido tan a fondo, tan bien pensado, que ya no queda rastro de aquel proyecto que no sabía muy bien hacia dónde apuntar. Más bien todo lo contrario. Sus creadores han encontrado el punto común gracias a unas batallas estratégicas de buen ritmo, gran cantidad de búsquedas principales y secundarias, objetos que recoger y utilizar, y personajes que a medida que avanza la partida van aprendiendo de sus errores y conociendo nuevas habilidades que después, en la batalla, serán imprescindibles para besar en la boca a la victoria.

Desarrolla: Phenomic. Distribuye: JoWood. PVP: PC (39,95 euros).

 
 
 
     
 

 
     
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