Han pasado 12 meses desde su lanzamiento y ya cuenta con más de cuatro millones de usuarios. El videojuego nos tiene acostumbrados a números así desde que su volumen de negocio pasó de ser una anécdota en las páginas salmón a jugosa y millonaria realidad. Pero la cosa cambia cuando cuatro millones de almas no se dedican a despachar la amenaza de rigor, sino a todo lo contrario: a salvar al necesitado. Se llama Food Force (Fuerza Alimentaria) y ha sido lanzado por el PMA (Programa Mundial de Alimentos) en abril de 2005. «Aunque nos complace el éxito que hemos tenido, no nos dormimos en los laureles», señala Neil Gallagher, Director de Comunicación del PMA. Actualmente el videojuego se está traduciendo al español y otros idiomas. «Penélope Cruz, se ha comprometido con nosotros a doblar la versión del juego en español, y estamos buscando socios corporativos que nos ayuden a desarrollar esta versión de Food Force».

Siguiendo la estela de los llamados videojuegos con conciencia como Madrid o September 12th, esta Fuerza Alimentaria virtual pretende mostrar a los jóvenes el problema del hambre que asola el mundo y enseñar qué hacen las organizaciones humanitarias para combatirlo. Su éxito ha superado las expectativas de los más optimistas. «No hay otro juego de este tipo que haya tenido un nivel de éxito semejante en términos de número de jugadores y difusión», apunta Justin Roche, gerente del proyecto. «Un buen número de estudiantes universitarios están escribiendo tesis sobre Food Force como un caso de estudio de innovación en el sector humanitario», añade.

El juego, que puede ser descargado gratuitamente desde www.food-force.com, funciona con una mecánica sencillísima. Se presentan seis misiones basadas en el proceso de la distribución de alimentos y precedidas de una reseña impartida por cada uno de los personajes. Aseguran desde PMA, que las fases están pensadas para «atraer a niños y niñas con diferentes habilidades».