M A G A Z I N E
OTROS ARTICULOS EN ESTE NÚMERO Domingo, 30 de octubre de 2005 318
 

Alianza de Civilizaciones

Por Javier Caballero


Ciudadanos del mundo reflexionan sobre la fórmula con que Zapatero promete que habrá paz en la Tierra. En Dubai el secreto para que convivan diferentes culturas y religiones está en el dinero. En la moda, la decoración y la gastronomía, como se ve en estas páginas, sí funciona la fusión.

No se sabe si se inspiró tras el visionado de una película o masticando el silencio de La Moncloa, pero de la chistera de Zapatero y su sonrisa conciliadora ha surgido un nuevo bálsamo de Fierabrás. Se llama "Alianza de Civilizaciones", se pronunció por vez primera en la ONU en septiembre de 2004 y sirve, según expertos en Relaciones Internacionales, para que las naciones olviden las guerras con las que se han machacado durante siglos, las culturas mundiales se comprendan y las religiones abracen y acepten otros credos. "Ésta es la casa de todos, sin diferencias, de los ricos y de los pobres, de los países con historia y de los que apenas tienen, de los que creen en Dios, o en varios dioses y de los que no creen. Fue en esta sala donde tuve la certeza de lo necesaria que resulta la Alianza de Civilizaciones", declaraba a media voz el presidente del Gobierno a la revista femenina Marie Claire, durante su última visita a la sede la ONU. La controvertida fórmula ha tenido el aplauso del mismísimo secretario general de la organización, Kofi Annan, y el primer ministro turco Recep Tayip Erdogan se ha ofrecido como garante de la magna idea. Hasta la Liga Árabe y la mayoría de los países iberoamericanos se han sumado al proyecto.

En el plano doméstico —y asimilado el matrimonio homosexual—, el asunto levanta dudas tan altas como las vallas crecientes que separan Ceuta y Melilla de Marruecos… y el resto de África. Más aún cuando resulta difícil saciar la voracidad de las "comunidades nacionales", filtrar el Estatut por el tamiz del diccionario de sinónimos, convencer al Congreso y que no llore la Constitución.

Sea como fuere, el anhelo de Zapatero ha echado a andar. En septiembre de este mismo año la Secretaría General de la ONU constituyó el Grupo de Alto Nivel (GAN) o Grupo de Notables que cuenta con el español Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO, entre otros 15 miembros de 16 países. Mayor Zaragoza aclara a Magazine que la mencionada alianza es "la manera o perspectiva de ver y enfocar lo que nos une, no lo que nos separa. Los pueblos, culturas y creencias han de ponerse en contacto para el diálogo y el enriquecimiento, porque hasta ahora lo han hecho desde el aislamiento, el enfrentamiento y la violencia". El actual presidente de la Fundación Cultura de Paz añade: "Esto no es una utopía, o pura retórica. El Grupo acomete propuestas concretas dirigidas a la sociedad, a los estados, a las instituciones y universidades, incluso a los medios de comunicación".

De este modo, el GAN —cuya puesta de largo tendrá lugar en Palma de Mallorca los próximos 27 y 28 de noviembre—, será el encargado de organizar debates, elaborar un Plan de Acción que convierta las palabras en hechos, así como la evaluación de las amenazas de la paz, alertar sobre los extremismos y promover la armonía entre sociedades.

El término acuñado en la ONU por el presidente Zapatero no fue elegido al azar. Se opone frontalmente al diagnóstico del célebre profesor de Harvard Samuel Huntington, quien publicaba en 1993 en la revista estadounidense Foreign affairs su ensayo ¿Choque de civilizaciones? Huntington aseguraba firmemente que "la principal fuente de conflicto en un nuevo mundo no será fundamentalmente ideológica ni económica. El carácter tanto de las grandes divisiones de la Humanidad como la fuente de conflicto será cultural". Motivado por esta división, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, propuso que dicha Alianza se ampliara a los campos político, cultural y educativo, recordando que en la agenda de los Objetivos del Milenio, adoptados por la ONU en 2000, se incluían compromisos contra la pobreza, las hambrunas, el sida, la inmigración y la educación por la tolerancia.

Pero, ¿de cuántas civilizaciones estamos hablando? "Occidente, mundo árabe, China, Japón, La India… civilización es un término poco riguroso, difuso, ambiguo e impreciso", explica el historiador Antonio Elorza. "Es un traje ancho para que quepa todo el mundo. En vez de alianza yo diría convergencia o diálogo. El peligro es que todo quede en buenas intenciones, en evangelizar todas las religiones. Ya se han quejado intelectuales hindúes y budistas ante el temor de quedarse fuera de las discusiones fundamentales. Incluso el término ya se usa como arma arrojadiza, por ejemplo, cuando alguien critica a Turquía en pleno debate sobre su ingreso en la UE".

La abstracción del término parece asomar hasta en el diccionario de la RAE. Se entiende por civilización el "estadio cultural propio de las sociedades humanas más avanzadas por el nivel de su ciencia, artes, ideas y costumbres". En palabras del filólogo José Antonio Monge, "lo que ha enturbiado el término es la identificación de civilización y religión. No caigamos en esa trampa".

Desde la oposición, el Partido Popular ha tildado la propuesta como "venta de humo", acepción repetida por Mariano Rajoy, y "propuesta estúpida", como la llegó a calificar el ex presidente Aznar. Sólo el tiempo será quien calibre el sueño de Zapatero.



 
  © Mundinteractivos, S.A. Política de privacidad