GUIA INMOBILIARIA Y DEL HOGAR |
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EL MUNDO - Viernes 21 de septiembre de 2001 - Número 219 MEMORIA DE CALIDADES |
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ALBERTO GARCÍA | |
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La elección –cuando es posible– de los acabados y materiales de una casa de nueva construcción, así como las reformas en las viviendas usadas acarrean no pocos quebraderos de cabeza. ¿Qué poner? ¿Cuánto gastar? Los casos de la cocina y el baño resumen de manera fiel estos problemas. Y dentro de estas estancias, especialmente el revestimiento de las paredes con azulejos. SU VIVIENDA le ofrece algunas recomendaciones esenciales para elegir bien. -Azulejo o gres. El azulejo es la cerámica más utilizada en el revestimiento de paredes de cocinas y baños, mientras que el empleo del gres porcelánico es más usual en suelos. La causa principal es la reducida porosidad del primero, que no absorbe los vapores generados en estas habitaciones de la casa. -Fabricación. Las piezas de fabricación nacional reúnen unas características que hacen que cualquiera de sus modelos sea recomendable para el revestimiento de paredes que no han de sufrir agresiones externas de elementos abrasivos, no han de exponerse a bajas temperaturas o no han de resistir elevados tonelajes. ¿El motivo? Existen unos controles mínimos de calidad en su fabricación que todos los azulejos han de superar. -El porqué de los precios. El margen existente entre el precio del m2 más barato, cercano a los 8,41 euros (1.400 pesetas) y el más caro, 210,35 euros (35.000 pesetas), responde a diversas causas. La que determina en mayor medida el coste final es el proceso previo a la fabricación –investigación y diseño–. La mayor o la menor complejidad en la constitución y elaboración de la pieza también es determinante en el precio final. -Cara posterior. La elaboración de la cara posterior del azulejo con arcillas más seleccionadas y puras –pasta blanca–, a diferencia de la clásica que presenta un aspecto rojizo propio de la arcilla, influye significativamente en la calidad (dureza) de la pieza, al hacer de ésta un elemento más compacto y menos quebradizo. Estas cerámicas de loza fina suelen tener un precio más elevado. -Bordes. La imagen que presentan los bordes del azulejo también será un indicador de un mayor o menor desembolso económico. La baldosa cerámica normal presenta unos cantos redondeados, que obligan a utilizar juntas de colocación. Sin embargo, el desarrollo de una técnica de cortado del azulejo realizada mediante un chorro de agua lanzado a presión sobre la pieza virgen hace que existan baldosas –azulejo rectificado– cuyos bordes presentan un corte transversal perfecto. La colocación de estas piezas hace inapreciable la separación entre los azulejos. La innecesaria utilización de juntas los hace semejantes en su aspecto final a las láminas de mármol. -Pulimentado. También el pulimentado prolongado de la baldosa, que provoca que el esmalte cerámico tenga la apariencia de un espejo, encarece las piezas. Por el contrario, en la medida en que el resultado final ofrece una imagen más difuminada sobre el esmalte –el conocido como «reflejo aguado»–, el precio será más barato. -Tamaño. El azulejo atiende a unas formas rectangulares o cuadradas de distinta dimensión y a un grosor que oscila entre los 0,8 y 2 centímetros. Este último aspecto es proporcional a las dimensión de la cerámica. Según los m2 de pared a alicatar, así será el desembolso económico. La elección de las medidas de la baldosa cerámica habrá de hacerse en función de las dimensiones de la pared a revestir. Es aconsejable la selección de piezas de tamaños grandes para el alicatado de estancias amplias, dado que configurarán un aspecto visualmente más agradable. A pesar de que la instalación –sobre todo por la mano de obra– se encarece cuanto más pequeña es la pieza cerámica, es recomendable la utilización de éstas cuando la habitación a alicatar tenga unas reducidas dimensiones.
Consejos de mantenimiento
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