GUIA INMOBILIARIA Y DEL HOGAR

EL MUNDO - Viernes, 23 de marzo de 2001 - Número 198
A LA ÚLTIMA
EL RINCóN DE ...
Julieta Serrano

Actriz. Es una de las protagonistas de "nosotras", de Judith Colell
 
  Áurea Felipe

Mercedes Sampietro, Eulalia Ramón, Eva Santolaria y Julieta Serrano protagonizan una historia de mujeres. Madres e hijas, ejecutivas depresivas, adolescentes en celo... Un amplio abanico de personajes femeninos corrientes que desvelan los misterios de su mundo. Un mundo que no gira alrededor de las proclamas feministas, sino en torno a sentimientos y sensaciones.

En Nosotras, «Judith Colell ha sabido enlazar muy bien y entrecruzar las vidas de mujeres corrientes, con sus defectos y sus virtudes», comenta Julieta Serrano, una de las veteranas protagonistas.

La directora catalana pone en evidencia las debilidades, los defectos, la ambigüedad de las protagonistas, que no dudan en poner zancadillas y utilizar cualquier artimaña con tal de ser comprendidas, de verse realizadas. Y todo bajo un punto de vista irónico. Un guiño al público femenino que se convierte en cómplice del filme.

En este cruce de historias, la actriz Julieta Serrano interpreta magistralmente «a una madre empeñada en mostrar el camino correcto de la vida a su hija. Una pretensión que acaba poniéndola en evidencia, ridiculizándola».

Este trabajo de Julieta Serrano da muestra, una vez más, de la capacidad de la actriz para encarnar personajes dispares. En teatro, lo mismo la hemos visto hasta en tres montajes distintos de La casa de Bernarda Alba, como en Las criadas, con Nuria Espert; o, en cine, tanto en Mi querida señorita, con Jaime de Armiñán, como en cinco de los filmes de Pedro Almodóvar.

Lo mismo interpreta personajes clásicos que de la más rabiosa actualidad –como demuestra en Nosotras–. Julieta Serrano no tiene dificultades para cambiar de registro. Prueba de ello son también sus últimos trabajos. Después de Nosotras, el próximo 19 de abril estrena la obra de teatro Estío, y también ha participado en un corto de César Saldívar, en la película Arderás conmigo, de Miguel Ángel Sánchez, en Sagitario, de Vicente Molina Foix, y en una serie de TV-3.

Sus 43 años en la profesión sólo pesan en la calidad de sus trabajos. «Tengo muchas ganas de continuar, y también mucha suerte en los proyectos que voy haciendo».

Como la que es evidente que ha tenido al encontrar una de las joyas más buscada para residir en el nuevo milenio. Su loft de Barcelona es todo un pequeño diamante que da fe del espíritu joven y moderno de la popular actriz. «Quería algo nuevo y muy cómodo».

Dos alturas
La actriz no dudó en adquirir uno de los apartamentos loft que una agencia inmobiliaria proyectó en una zona céntrica, pero a la vez tranquila, de Barcelona. Con la ayuda del arquitecto que los hizo, diseñó el interior.

Se trata de un único espacio con techos muy altos. Esto ha permitido crear una parte arriba, a la que se accede por una escalera. Todo permanece a la vista, sin tabiques que separen una habitación de otra.

En la parte de abajo están la zona de estar y su habitación, mientras que en la de arriba está el cuarto reservado a las visitas, pero que en un futuro convertirá en su zona de trabajo.

Toda la decoración incorpora elementos modernos y muy originales. Así, en uno de los muros interiores, se ha dejado a la vista el ladrillo antiguo, que contrasta con el mobiliario más vanguardista.

«Aunque más que vanguardista, soy ecléctica. Lo que pasa es que para este este tipo de espacio prefiero esta línea de muebles». La actriz ha sabido sacar el máximo provecho a los escasos metros cuadrados que conforman el loft.

La parte de arriba está compuesta por un futón, una librería y sus maletas. «Ahora hace un poco de trastero, pero pronto lo dejaré como un estudio».

La parte inferior está presidida por un gran armario empotrado, de gran utilidad. Frente a él, está la zona de comedor, con modernas sillas de diseño.

Y, al fondo, junto a un gran ventanal, la zona de estar, presidida por un sofá blanco y una alfombra, sobre la que se acomodan una diminuta mesa auxiliar y un puff.

Completa la decoración un musiquero antiguo, que hace de estantería, y en el que ha colocado el equipo de sonido y los discos compactos. El resto del espacio queda diáfano, únicamente interrumpido por algún cojín, alfombra o lámpara de pie, y por los adornos que pueblan la estantería de obra que ocupa una de las paredes. Entre ellos, el Premio Max –que recibió el año pasado por La casa de Bernarda Alba–, fotos, un curioso toro y dos sillones en miniatura.


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