GUIA INMOBILIARIA Y DEL HOGAR

EL MUNDO - Viernes, 20 de julio de 2001 - Número 215
EN PORTADA
Antenas: en el centro de la polémica
Una sentencia declara nulo el acuerdo para instalar una estación en la azotea de un edificio
 
  Mª. E. S.

La Audiencia de Barcelona ha dictado una sentencia en la que declara nulo el acuerdo al que habían llegado una comunidad de vecinos de L’Hospitalet de Llobregat y una empresa para la instalación de una antena de telefonía en el edificio. La sentencia otorga la razón a Antonio Rueda –el vecino del ático que llevó el acuerdo de la comunidad ante los tribunales–, al señalar que la instalación de un repetidor de telefonía en el inmueble puede resultar nociva para su salud.

Ésta ha sido la primera vez en nuestro país en la que la Justicia se ha pronunciado en contra de la instalación de una estación radioeléctrica en un inmueble, teniendo en cuenta, entre otras cosas, que puede resultar nociva para la salud de los residentes en el edificio.

El dictamen viene a avivar la polémica en torno a la ubicación y posibles perjuicios que pueden ocasionar para los ciudadanos las antenas de telefonía situadas en las azoteas de sus domicilios.

Llamada a la calma
Sin embargo, durante la celebración de unas jornadas sobre la propagación de campos electromagnéticos organizadas por la UCE (Unión de Consumidores de España) en Madrid, se han lanzado mensajes de tranquilidad.

En las conferencias participaron diversos cargos de los ministerios de Ciencia y Tecnología y de Sanidad y Consumo, médicos, miembros del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones y, también, representantes de las principales empresas vinculadas al mundo de la telecomunicación que operan en España.

Los participantes afirmaron respetar la sentencia judicial de la Audiencia de Barcelona, si bien, a este respecto se realizaron declaraciones en las que llegó a afirmarse que «los jueces son jueces pero no científicos».

Según Enrique García, director técnico de la UCE, sobre los posibles perjuicios que podrían ocasionar a los consumidores los repetidores, la organización «parte de la premisa de que no existe el riesgo cero», por lo que deben tomarse siempre las máximas precauciones al respecto. Pero señaló, asimismo, que si las radiaciones electromagnéticas originadas por estas antenas se mantienen dentro de los niveles estipulados, no hay ningún peligro para la salud de los ciudadanos.

Nuevo decreto
Uno de los mayores problemas reside, en palabras de los propios participantes en las jornadas, en las lagunas que presenta la legislación vigente a la hora de regular sobre estos temas.

El Gobierno tratará de paliar esta situación con la aprobación –en principio prevista para el próximo mes de septiembre– de un decreto que regulará las estaciones radioeléctricas utilizadas por los teleoperadores para prestar los servicios de radiocomunicaciones.

Se intenta de este modo adaptar nuestra normativa a una Recomendación del Consejo de la Unión Europea, de 12 de julio de 1999, que establece unos valores máximos de radiación que se sitúan 50 veces por debajo de los que científicamente se han comprobado como inocuos para el ser humano.

El proyecto del nuevo decreto exige a los operadores una certificación del cumplimiento de los límites de exposición establecidos en el mismo e incorpora un principio de precaución adicional, cuyo cumplimiento resulta obligatorio, que establece que los operadores deberán planificar la ubicación de sus estaciones radioeléctricas de manera que se minimice la exposición del público a las radiaciones que emitan.



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