GUIA INMOBILIARIA Y DEL HOGAR

EL MUNDO - Viernes, 20 de julio de 2001 - Número 215 A LA ÚLTIMA

EL RINCóN DE ... Juan R. Lucas Periodista. Conduce los informativos de la noche de la cadena privada Tele 5
	GEMA FERNÁNDEZ
Cada día, a las 20,30 horas, Juan Ramón Lucas se cuela en los hogares de millones de españoles a través de las pantallas de sus receptores de televisión. Su credibilidad, su sonrisa perenne, la profundidad de su voz y su serenidad le han convertido en el rostro amigo de las noches de Tele 5 que acerca la actualidad a la vida cotidiana familiar. «Tratamos de contar las noticias de una manera más cercana, más próxima a la gente» explica Juan Ramón Lucas. Y utiliza el plural, porque sabe que, como en cualquier programa, el resultado no es la obra de una sola persona. «La huella que pueda dejar Informativos Tele 5 es el fruto del esfuerzo de un gran equipo que trabaja en la oscuridad: cámaras, editores, realizadores, documentalistas, redactores… y un largo etcétera», dice. Todos ellos forman «una piña» por la que el periodista se siente «muy arropado» cada vez que sacan su producto en antena. Juan Ramón Lucas llegó a ser periodista casi «por casualidad». Su pasión era «hacer cine», pero le convencieron de que la carrera de Periodismo tenía más salidas profesionales que la de Imagen y optó por el mundo de las palabras. Asegura que nunca se ha arrepentido de esta elección. Pinitos profesionales Entró en Tele 5 en el año 97, pero realizó sus primeras prácticas en un medio 20 años antes. En Radio Juventud comenzó su carrera en las ondas. Allí conoció a Ramón Colom, quien a principios de los 80 le ofreció la posibilidad de trabajar en Informe Semanal. En Radio Cadena Española trabajó a las órdenes de María Teresa Campos, de la que afirma «es una gran profesional». Además, realizó colaboraciones con el diario Pueblo y el periódico Informaciones. La Ser y Onda Cero precedieron su entrada definitiva en la televisión privada, donde ya es una de las caras más conocidas de la información diaria. Natural como la vida misma Quizás el secreto de su éxito está en su carácter afable y en su naturalidad. Una naturalidad de la que también hace gala su hogar. Su casa está decorada con un estilo que él mismo define como «poco urbano». Le encanta la madera y todo el mobiliario rezuma el olor de este material. Marcos de ventanas, suelos, mesas, sillas, armarios y arcones tienen el color ocre de la madera rústica. Este elemento y el amarillo de las paredes crean ambientes cálidos, que invitan a relajarse y descansar. Y es que a Juan Ramón Lucas le gusta estar en casa, «pero tomarla toda, no tengo un rincón especial, aunque paso muchas horas en el jardín y en mi estudio, donde tengo el ordenador y puedo conectarme a Internet», explica. Asegura que no le gusta vivir en la ciudad y en su jardín disfruta de la tranquilidad del campo. Es aquí donde escucha el canto de los pájaros y ve crecer las buganvillas y madreselvas plantadas con sus propias manos. En el césped, que también sembró nada más comprar la vivienda, le gusta sentarse y «jugar con los niños». Es justamente en este lugar, con el fresquito de la mañana, bajo una sombrilla y sobre una mesa de jardín de madera, donde el periodista desayuna cada mañana. Al contrario de lo que pudiera pensarse, el aparato de televisión no ocupa un lugar preferencial en su hogar. «No es muy grande, ni está lleno de canales. Me sirve como herramienta de trabajo, para ser crítico conmigo mismo y ver los informativos de otras cadenas». La televisión está situada sobre un mueble bajo del salón, junto al equipo de música y la pequeña chimenea. Para disfrutar de la música o ver cualquier programa, la rinconera situada al otro extremo ofrece un aspecto muy cómodo. Una mesita baja de madera y una antigua mecedora, a la que Juan Ramón Lucas le tiene mucho cariño por su valor sentimental, completan este rincón del salón. El otro lado de la estancia lo componen una mesa de comedor y sus sillas –en madera rústica– y una alacena del mismo material. Este mueble guarda los tesoros literarios del periodista. Obras de Shakespeare y de Lorca, poesía española de este siglo y autores latinoamericanos como Gabriel García Márquez, de cuyo libro Cien años de soledad tiene dos o tres ediciones distintas, o el clásico La divina comedia, llenan sus estanterías. La pared está decorada con un original cuadro realizado con elementos naturales y en el mismo tono ocre de la madera que preside el salón-comedor. Está dividido en dos partes; una de ellas está compuesta por trozos de corteza de pino y la otra por el musgo que crece en estos árboles. Para que el cuadro no se estropeé, Juan Ramón Lucas suele humedecer el musgo con un pulverizador cada cierto tiempo.

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