GUIA INMOBILIARIA Y DEL HOGAR

EL MUNDO - Viernes 13 de septiembre de 2002 - Número 265
PROFESIONAL
EQUIPAMIENTOS / La necesidad de los clubes de fútbol de sanear sus cuentas y el deseo de muchos ayuntamientos de optimizar el uso de grandes solares en los centros urbanos han propiciado la sustitución de los estadios en muchas ciudades


Operaciones inmobiliarias sobre el terreno de juego
El estallido de la «burbuja financiera» en la que vivía el mundo del fútbol ha obligado a muchos clubes a buscar financiación en el mercado del suelo

 
  LUIS ALEMANY

Las tardes de gloria en el estadio tendrán que buscar nuevo acomodo. Con el pinchazo de la burbuja financiera del fútbol, clubes y sociedades anónimas deportivas (S.A.D.) de toda España se han convertido en actores destacados del mercado inmobiliario actual: la Liga que ha empezado este mes viene pobre en fichajes, pero abundante en tasaciones.

El Real Madrid abrió la senda el año pasado con la sonada operación de la Ciudad Deportiva. El club madrileño espera recaudar 480 millones de euros con la explotación –compartida con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento– de sus terrenos al norte de la Castellana. Suficiente para sanear las cuentas del Madrid y hasta para construir una nueva ciudad deportiva junto a la M-40.

Los primeros
El formidable negocio ha puesto los dientes largos a muchas S.A.D., que también cuentan con un patrimonio inmobiliario extraordinario y con los temidos números rojos en el banco.

De hecho, el Real Madrid no es el primer club en irrumpir en el mercado inmobiliario. Antes de que la ley del deporte de 1992 previera la figura de las S.A.D., varios estadios ya cambiaron de propietario. Fue entonces cuando el Hércules de Alicante y el Sporting de Gijón vendieron sus canchas a sus ayuntamientos en operaciones que tenían más de subvención pública que de negocio.

Por tanto, la primera incursión de un club de fútbol en el mercado inmobiliario moderno fue la que en 1997 llevó al R.C.D. Espanyol a mudar su casa de la Carretera de Sarriá hasta Montjuïc. El viejo Sarriá obtuvo la recalificación urbanística y acogió nuevas caras promociones residenciales por las que el Espanyol ingresó unos 56 millones de euros.

Si el club hubiera podido esperar hasta hoy para realizar la operación, sus beneficios habrían alcanzado los 97 millones de euros, según el aumento de los precios (72%) en el distrito de Sarriá-Sant Gervasi. Aún así, el Espanyol ha sorteado la ruina y construye ya un nuevo estadio en Cornellá, que estrenará en 2003.

Para financiar su nuevo hogar (por el que pagará 1,5 millones de euros) el club habilitará espacios comerciales, que ayudarán a mejorar la integración del estadio en su entorno urbano.

Varios clubes manejan ideas parecidas: en Bilbao, el Athletic Club va a cerrar San Mamés para construir un nuevo estadio cuyo emplazamiento todavía es sólo un secreto a voces. Nadie ignora ya que el club quiere ocupar los terrenos del antiguo Recinto de Muestras, a escasos metros de La Catedral.

El éxito del proyecto depende de la disposición del propietario de los terrenos, el Ayuntamiento de Bilbao, a venderlos por debajo del precio de mercado porque, de lo contrario, la operación sería inviable. El club ya ha empezado a ejercer presión con la contratación del arquitecto Norman Foster para una obra con encargo pero sin solar.

Presiones
Aún más problemas presenta el vago interés del F.C. Barcelona por enajenar algunos terrenos anexos al Camp Nou. Aficionados y vecinos se han opuesto sistemáticamente a un viejo proyecto que muchos relacionaron con los intereses empresariales de José Luis Núñez, uno de los constructores más importantes de la ciudad.

Polémicas semejantes acompañan a muchas de estas operaciones. El Valencia C.F., por ejemplo, ni siquiera pudo estudiar una oferta para dejar su estadio en el centro de la ciudad por las presiones de políticos, asociaciones de ciudadanos y aficionados. Mientras, en Palma de Mallorca, los partícipes de la sociedad propietaria del Lluis Sitjar no se ponen de acuerdo en la manera de rentabilizar un recinto infrautilizado desde hace dos años.

Las presiones políticas son mayores cuando los estadios son de propiedad pública. San Sebastián, por ejemplo, tardó siete años en encontrar un uso para el estadio de Atocha, abandonado en 1993. Sólo este otoño se entregarán las llaves de las viviendas de protección oficial.

Otras ciudades han buscado nuevas soluciones: Oviedo construirá un palacio de congresos en el solar del antiguo Carlos Tartiere; Jaén y Las Palmas de Gran Canaria pretenden instalar equipamientos deportivos, zonas verdes y espacios comerciales; Huelva ha integrado el terreno del antiguo Colombino en el plan urbanístico de Isla Chica, recurrido por los vecinos ante la justicia; Zaragoza y Logroño, por último, pretenden dedicar los solares de los viejos estadios a la promoción de viviendas libres.

Muchos de estos planes han disparado la polémica. Sin embargo, promotores y políticos defienden la oportunidad de unos proyectos que pueden mejorar las ciudades. En palabras del concejal de Urbanismo de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, «no es normal que un solar de 20.000 m2 en el centro de la ciudad sólo se use 20 tardes al año».




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