Á. F.
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Aspecto de una de las estancias de una vivienda de la EMV en Vallecas, construida con moldes. / KIKE PARA |
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A la hora de elegir una casa, lo que cuenta principalmente es lo que se ve: la distribución, el tipo de pintura, las carpinterías, los acabados... Pero lo que no vemos también es interesante, sobre todo si permite ahorrar dinero y tiempo. La forma de construir una casa puede ser determinante en el precio a pagar finalmente por ella, en lo que tarde en entregarse e, incluso, en el aspecto final.
Si hasta ahora casi todas las promociones se construían de un modo similar, el nuevo sistema industrializado de encofrados con molde metálico de alta precisión para viviendas comienza a revolucionar las obras.
Una de las primeras, la de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) que se desarrolla en la calle de Cabeza Mesada, en el Ensanche de Vallecas. La EMV ha querido ser una de las empresas pioneras en utilizar este sistema de construcción. «Tiene unas ventajas extraordinarias: entre un 20 y un 25% de ahorro en el coste y un 30% de ahorro de tiempo», dice Sigfrido Herráez, concejal de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid y presidente de la Empresa.
OTRAS VENTAJAS
«También supone mayor seguridad en la obra, la eliminación de escombros y muy buenos acabados», explica Antonio Palomino, presidente de Imasatec, la compañía adjudicataria del proyecto que está desarrollando este novedosos sistema de edificación.
La promoción de la EMV consta de 220 viviendas. La primera piedra se puso el 18 de junio del pasado año. Cuando han transcurrido ocho meses, ya se pueden observar las distintas estancias de las primeras casas; incluso se han colocado algunas puertas y los accesorios de varios baños.
«En realizar esta promoción completa se tardaría normalmente 24 meses, pero de esta forma se hará en 17. Ahora mismo el ritmo es de dos casas finalizadas por semana», dice Palomino.
Y es que otra de las novedades de este sistema es que las unidades se van terminando individualmente. Primero se colocan unas estructuras metálicas para cada vivienda, perfectamente estudiadas, que llevan incorporadas todas las tomas de los suministros básicos (luz, agua y gas).
Cada una de esas estructuras tiene una ubicación concreta dentro de los pisos. A continuación se colocan unas piezas metálicas, que sirven de molde y, finalmente, se echa el hormigón. Una vez la masa ha secado, se quitan las piezas y aparecen las paredes de las viviendas, con las instalaciones de luz, agua y gas hechas. «Hasta la escalera y el hueco del ascensor tienen sus propios moldes», explica Antonio Palomino.
Las paredes quedan completamente lisas, y las terminaciones apenas tienen imperfecciones, puesto que con este sistema se evitan las obras para realizar las instalaciones básicas.
ADAPTACIÓN AL DISEÑO
«Se trata de una construcción industrializada pero que permite adaptar la obra a cualquier diseño arquitectónico, por lo que el resultado es tan estético como se haya diseñado», dice uno de los arquitectos de la empresa Imasatec.
Para que los obreros sepan trabajar con estos nuevos instrumentos, la compañía realiza unos cursos de formación previos de unos dos meses de duración. «Al final resulta más sencillo que la construcción tradicional», dice Palomino.
El aspecto de la obra es distinto al de cualquier otra: desde los andamios hasta los elementos de seguridad; no ocurre así con el resultado. «A esta promoción le vamos a poner la fachada de ladrillo visto, por ejemplo», dice la arquitecta de la EMV encargada de la promoción de Vallecas.
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