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Pisos para mejorar las «vías de desarrollo» |
La ong Intervida promoverá la construcción de 3.000 casas en el barrio de Rimac de Lima |
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LUIS ALEMANY
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Una de las calles del distrito de Rimac, en Lima. / INTERVIDA |
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Un buen techo es uno de los instrumentos más útiles con los que pueden contar las asociaciones y profesionales dedicados al desarrollo del Tercer Mundo. Así lo creen los miembros de la organización no gubernamental Intervida, que se ha embarcado en uno de los primeros proyectos de promoción de vivienda social que ha desarrollado nunca una entidad como la suya.
La iniciativa de Intervida contempla la construcción de 3.000 pisos en el distrito de Rimac, uno de los barrios más pobres de Lima. Desde la capital peruana, el gerente del proyecto, Francesc Violan, explica cuál es su historia: «Rimac no es uno de esos conos de viviendas autoconstruidas que aparecen en Lima por el aluvión de campesinos que llegan desde los años 60. Es un barrio histórico, el antiguo emplazamiento de la aristocracia. Ahora su situación es de deterioro grave, como en muchos cascos históricos de las ciudades españolas de hace unos años». Las viviendas tugurizadas, la ausencia de servicios básicos y la marginalidad caracterizan al barrio.
SUELO RECICLADO
En ese contexto, Intervida ha encontrado las ruinas de una fábrica que había quebrado hace tres años y cuya liquidación no se había podido solucionar. La ONG ha depositado 10 millones de euros, «como capital semilla», para comprar el terreno que ocupa la fábrica abandonada y se ha encomendado a la constructora peruana Argenta para que gestione en él su primera promoción inmobiliaria.
El propósito de los promotores es ofrecer apartamentos de tres habitaciones y 70 metros cuadrados «sin lujos pero con materiales y soluciones de calidad» que ocuparán 16.000 personas que ahora habitan infraviviendas. Pero no regalarlas: Intervida quiere recuperar su inversión y Argenta espera obtener beneficios, aunque se ha comprometido a donarlos a otras fundaciones dedicadas a la cooperación.
«No estamos aquí para darle dinero a nadie», confirma Violan. Por contra, el beneficio social que busca la ONG es ofrecer viviendas a través de mecanismos más flexibles y accesibles que los del mercado convencional, más que crear soluciones de emergencia para familias en situación de extrema pobreza.
«El problema de Perú y de todo el Tercer Mundo», explica Violan, «es la economía informal. Mucha población tiene ingresos pero no nómina, así que está fuera del sistema hipotecario». Para solucionar este mal, el Gobierno peruano ha desarrollado programas como Mi vivienda que ofrece créditos a familias que demuestren que pueden pagar unas cuotas durante un año, pese a no tener salario.
FORMALIZAR
El propósito es formalizar el régimen de tenencia de las viviendas. «Pasar de ser el propietario de una vivienda autoconstruida sobre terrenos invadidos a ser dueño de una vivienda inscrita en el registro no sólo es mejorar la calidad de vida; también significa que el propietario adquiere capacidad de endeudamiento». O sea: se crea riqueza y, lo que es más importante, mecanismos para generar nuevos desarrollos.
De hecho, la iniciativa inmobiliaria de Intervida anticipa uno de los contenidos que más importancia cobrarán en la colaboración con los países en vías de desarrollo durante los próximos años: la vivienda. Sólo en Perú, por ejemplo, Intervida observa un déficit de un millón de casas; en su capital, uno de cada tres hogares ocupa infraviviendas.
Unas cifras, por tanto, que podrían hacer pensar que el debut inmobiliario de la ONG sólo va a ser un grano en el desierto.
INJUSTICIAS
Sin embargo, Violan sostiene que su actuación en Rimac ayudará a marcar el camino que deben seguir las grandes ciudades del Tercer Mundo: «La clave es formalizar, inscribir y reorganizar la propiedad de la vivienda para que los ciudadanos tengan vías de financiación, pero también para que sean tenidos en cuenta en las políticas de ordenación urbana y no se cometan más injusticias con ellos».
LIMA ACOGE LA PRIMERA PROMOCIÓN DE VIVIENDAS DE INTERVIDA
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