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LOS CORREDORES NAVARROS CORNEADOS CRITICAN LA PRESENCIA DE GENTE CON MOCHILAS Y CAMARAS EN EL ENCIERRO (8/07/01)

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Dos de los seis jóvenes corneados en el primer encierro de los Sanfermines, los navarros Javier Barrientos y Pablo Fuertes, ambos de 27 años, han criticado la presencia en el recorrido de personas con mochilas o con cámaras de vídeo, lo que supone un riesgo añadido para todos los corredores.

Javier Barrientos, de Berriozar, quien sufre una cornada de 15 centímetros en el tórax, aseguró en su habitación de planta del Hospital de Navarra que no volverá a correr el encierro y destacó que "ayer yo volví a ver gente en el recorrido con mochilas o cascos con cámaras y estaría bien que de una vez metiese mano ahí el Ayuntamiento, la Policía Municipal o quien fuese, porque es vergonzoso".

El joven navarro, que es corredor habitual del encierro desde hace unos siete años, en los que no había tenido percance alguno de importancia, propuso asimismo que la Policía Municipal abra más tarde la primera barrera de contención, porque "así la gente que no ha ido a correr se iría hacia delante y no se colocaría en los ángulos muertos, como la esquina de Mercaderes, y eso ayudaría a las personas que sí van a correr".

Cómo fue la cornada
Acerca del momento de la cogida, Barrientos explicó que el toro "se dio la vuelta porque una persona le incita y se aparta, pero a mí no me dio tiempo, intenté esquivarlo y creo que primero me engancha de la ropa y seguidamente noto que entra el cuerno por el lado del tórax izquierdo".

Diplomado en enfermería y trabajador del Hospital Reina Sofía de Tudela, Barrientos hizo una explicación detallada de sus heridas: "Al principio me dio la sensación de que podía tener un neumotórax debido al ruido que me producía el pulmón y al llegar al hospital en un primer momento me asusté, porque sabía que tenía una herida pero no la profundidad o si estaba o no afectado el pulmón".

Aunque la cornada de uno de los toros de la ganadería de Torrestrella estuvo a punto de afectar al corazón del joven, éste afirmó hoy que "yo no noté que la trayectoria fuera ésa, me parecía más bien que era el pulmón, y al llegar al hospital lo que más miedo me daba era que hubiese que cortar algún lóbulo pulmonar".

"No me pude apartar"
Por su parte, el pamplonés Pablo Fuertes, que sufre una herida de unos 15 centímetros en la cara posterior del muslo izquierdo, aseveró que el de ayer "fue un encierro muy raro, en el que los cabestros iban por delante. Yo empecé a correr en Estafeta y en Telefónica vi que los toros venían por la izquierda, pero me encontré con tres corredores delante de mí y no me pude apartar".

Fuertes, quien es también corredor habitual del encierro de Pamplona, comentó que en la carrera "había mucha gente con mochilas, muchos que no se enteraban de dónde estaban o con cámaras de fotos y el suelo estaba muy resbaladizo".

No obstante, el joven pamplonés opinó que es "muy difícil" controlar a todas las personas que participan en el encierro y resaltó que "se trata más bien de una labor de información hacia la gente de fuera". (EFE)

 

 

 


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