«Los nuevos títulos de grado deben ser relevantes socialmente y con una adecuada inserción laboral». Es la primera pauta que el Ministerio de Educación exigió a las nuevas carreras que se estudiarán en España a partir de 2007. Lo hizo a través de un documento al que ha tenido acceso CAMPUS y que la directora general de Universidades del Ministerio de Educación, Carmen Ruiz-Rivas, envió el pasado 5 de abril a los presidentes de las cuatro subcomisiones que debaten el futuro de las carreras en España. Es decir, cuáles pasan la criba, cuáles no, cuáles se fusionan con otras, etcétera.
También es el pretexto estrella que tuvieron en cuenta los miembros de la subcomisión de Humanidades del Consejo de Coordinación Universitaria para cargarse titulaciones como Historia del Arte, Humanidades o Filología Inglesa, y apostar, en cambio, por otras como Filología Clásica, Bellas Artes, Historia o Filosofía. En total, de las 26 carreras de letras que se pueden cursar actualmente en España se podría pasar a 10 si logra salir adelante la iniciativa.
Pero las cifras no cuadran. Según el informe sobre empleabilidad de los licenciados en humanidades que manejó la subcomisión, los de Historia del Arte sumaron 2.836 parados a fecha 31 de diciembre de 2002. Hay que tener en cuenta que en 2004 se matricularon 2.494 alumnos en primer curso, 64 más que el año anterior. También que el 23% de esos parados llevaría desempleado más de un año. El 24% en el caso de la carrera de Historia, donde la cifra de inscritos en el INEM sube a 4.296 en la misma fecha (3.185 matriculados en primer curso en 2004).
CONTRADICCIONES. Pese a las estadísticas, sí se decidió apostar por mantener un título específico en Historia, al contrario que en el caso de Historia del Arte. Ésta, en cambio, estaría incluida como apéndice dentro de la primera. También se salvó Bellas Artes, pese a que el 48,37% de sus licenciados en paro llevaba en esa situación más de un año. La cifra casi dobla a la de los desempleados de larga duración de Historia del Arte.
Todo un «agravio comparativo», según los responsables de las titulaciones que, de aprobarse la propuesta, pasarían a mejor vida. Como la licenciatura de Humanidades. Según el informe de la subcomisión, el número de parados llegaría a 517 (actualmente hay 8.856 alumnos matriculados), aunque sólo el 15% lleva sin trabajar más de doce meses. Además de estos datos, los expertos de la subcomisión tuvieron en cuenta los que aportó el propio Ministerio y que pintaban un futuro nada halagüeño para estos titulados. Camareros, dependientes, peones, azafatas, mozos de carga y descarga, administrativos... Eran las únicas salidas laborales que les auguraban.
Lourdes Campos, coordinadora de la Red Universitaria de Humanidades, afirma que dichos datos no se corresponden con los obtenidos por la comisión encargada de elaborar el libro blanco de Humanidades, un documento que analiza detalladamente las características de cada título (número de matriculados, salidas laborales, créditos necesarios, análisis de su situación en Europa...). Según éste, el 91% de todos los licenciados en Humanidades desde 1997 –año en que se graduó la primera promoción– está hoy trabajando. Los que terminaron en 2004 alcanzan el 53%. «Estas cifras demuestran que es totalmente falso que esta carrera no se adecúe al mercado de trabajo, motivo que alegó la subcomisión para hacerla desaparecer», argumenta Campos.
La también coordinadora de Humanidades en la Universidad de Castilla-La Mancha va más allá: «Otras titulaciones de letras arrojan unos porcentajes de paro muy superiores, y éstas parece que sí tienen asegurada su inclusión en el nuevo catálogo de títulos. Por tanto, esta motivación parece más bien una excusa ante la falta de argumentos más sólidos». También tilda de «excusa» el número de alumnos matriculados, que se acerca a los 9.000 en las 29 universidades donde hoy se imparte dicha licenciatura, «mientras que otros estudios de letras tienen aún menos alumnos y sí estarán en la propuesta que se eleve sobre los futuros títulos».
Campos se refiere a carreras como Geografía (con 5.043 alumnos), Filología Clásica (1.463) o Estudios de Asia Oriental (514 matriculados este curso), que contará con una filología propia denominada Lenguas Orientales y sus Literaturas. Sin embargo, otras como la inglesa, francesa o vasca deberán agruparse en torno a un título mixto llamado Lenguas Modernas y sus Literaturas. En él se estudiarían, de forma conjunta, dos idiomas «modernos»: uno principal y otro secundario.
Esta nueva agrupación tampoco encuentra explicación si se tienen en cuenta los datos de la Fundación Universidad-Empresa (FUE), que señala cuáles son las carreras dentro del campo de las letras más demandadas por las empresas. La lista es ésta: Filología Italiana, Alemana, Inglesa, Árabe, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Traducción e Interpretación, Antropología Social y Cultural, Filología Francesa, Humanidades y Filología Portuguesa. De las 10, sólo Traducción e Interpretación continuará en solitario. El resto se elimina o aparece incluida dentro de otra especialidad.
CRISIS DE LAS LETRAS. Darío Villanueva, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Santiago, habla de la carrera de Humanidades: «Se está consolidando precisamente ahora, cuando se propone que desaparezca». La posible eliminación de Historia del Arte, la califica de «simplemente incomprensible». Achaca las decisiones a la crisis en la formación humanística de nuestro país, que se manifiesta, entre otros síntomas, «en la drástica reducción de los alumnos que acuden a las facultades donde se imparten estos estudios». De hecho, el 40% de las plazas ofertadas por los estudios de letras queda vacante cada año.
Continúa: «A esta situación se ha llegado por los sucesivos recortes que las humanidades han sufrido en los niveles educativos previos, pero también por un determinado clima social nada favorable a estos estudios». Cita, como ejemplo, la «poca actividad lectora» de las nuevas generaciones, salvo excepciones. «La sociedad no deja de desprestigiar las carreras humanísticas frente a las que conducen a actividades profesionales bien retribuidas en el mercado».
Acaba de avalar esta teoría el Ministerio de Educación al adelantar el número de plazas universitarias ofertadas para el curso 2005/06. A pesar de que las vacantes han aumentado en un 1% respecto al año anterior, la mayoría de las ramas pierde alumnos, un 1,18% en el caso de las letras. Sólo consiguen subir peldaños las carreras de Ciencias de la Salud y las Sociales y Jurídicas. Incluso las técnicas sufren la reducción (se prevé un 0,48% menos de estudiantes).