Nº 06
Marzo de 2002

Motor & Viajes    
       
EUROPA
CELTA

Hace 50 años, John Ford ganó su cuarto Oscar al Mejor Director por «El hombre tranquilo», rodada en el pintoresco pueblo de Cong, que en el filme fue Innisfree

CONNEMARA
La reserva espiritual del Eire
La pasión cinéfila es un buen imán para admirar los verdes paisajes de la región de Connemara, donde pervive la cultura y la lengua gaélica. Un viaje oportuno para celebrar la festividad de San Patricio (17 de marzo), patrón de Irlanda, con una buena pinta de cerveza negra, y solazarse con el proverbial pico de oro de los moradores...
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PEDRO JAVIER DÍAZ CANO

...de la isla esmeralda. Para muchos buenos conocedores de Irlanda, Connemara es su lugar preferido, aquél en que la belleza es más apabullante y más auténtica: montañas de verdes laderas envueltas en nubes, un aire cargado de humedad y fuertes vientos, las olas bramantes del Atlántico y los pantanosos páramos solitarios. Puro romanticismo; un paisaje áspero y salvaje. Connemara es la reserva espiritual de la cultura y la lengua irlandesa. Una emisora de radio local se encarga de difundir la música y el folclore en gaélico. La población del lugar mantiene todavía antiguas tradiciones y costumbres, y habla en su ancestral idioma.

El condado de Galway es el gaeltacht más grande del país. Este término hace referencia a las zonas de Irlanda donde se habla gaélico. El poder británico minó la cultura irlandesa y la época de la hambruna hizo que abandonaran el país muchos ciudadanos gaélicohablantes. Es en los gaeltachts donde todavía el 75% de la población lo habla, y donde los carteles de las carreteras están escritos sólo en irlandés.

En el confín del Parque Nacional de Connemara, 2.000 hectáreas de terreno de turberas, lagos y montañas que incluyen parte de las cimas de los Twelve Bens, la imponente abadía de Kylemore se alza a orillas del lago del mismo nombre. Cuando llego a sus inmediaciones me asalta la típica llovizna a la que los irlandeses denominan, no sin cierta sorna, soft rain (lluvia blanda). Un lugareño jura y perjura que, en el Connemara, una cosa segura es el tiempo: «Si amanece soleado, uno puede apostarse las botas a que por la tarde va a caer un aguacero».

El otrora Castillo de Kylemore se transformó en abadía cuando aquí se refugiaron las monjas benedictinas que huían del infierno de la I Guerra Mundial desde la lejana villa belga de Ypres. Y ahora las monjas han convertido la abadía en un selecto internado de niñas para sufragar los costes de tan egregio lugar. El Corrib, el mayor lago del país con sus 45 kilómetros de longitud, desgaja las montañosas tierras del Connemara de las planicies agrícolas del interior.

UNA ALDEA DE PELÍCULA. Atravesando el Joyce’s Country, que se mira en el espejo lacustre del Corrib con un reflejo de diminutas islas –una por cada día del año–, se alcanza una pequeña aldea de cine no sólo por la belleza de sus multicolores casas y el agua cristalina de su bucólico riachuelo, sino porque el cineasta John Ford la hizo reconocible en el mundo entero tras rodar aquí la película El hombre tranquilo, protagonizada por el inmortal John Wayne y la pelirroja Maureen O’Hara. Se trata del pintoresco pueblo de Cong, que fue trasmutado en Innisfree por arte del celuloide.

Muchos cinéfilos encaminan sus pasos hacia la mítica taberna de Pat O’Connor, donde los personajes bebían las pintas de cerveza bajo cuyos efluvios después cantaban a coro viejas canciones irlandesas. La decepción es tremenda cuando se la descubre trasformada en una desvencijada tienda de recuerdos y fotos de la película. Los habitantes de Cong parecen vivir de las rentas de la nostalgia. Frente a la tienda hay una cafetería, The quiet man, cuyo mayor reclamo es ostentar el mismo nombre que el título del largometraje.

En Irlanda, el pub es una institución tan arraigada como el púlpito. Los feligreses, posiblemente los más católicos de Europa gracias a San Patricio, se congregan en torno a su otra parroquia, más festiva y lúdica, para disertar sobre lo divino y lo humano. Entre ellos se relatan historias de hadas, gnomos y sidhe (espíritus); compiten en torneos de poesía; cantan y bailan; sellan negocios e incluso conciertan matrimonios. Los irlandeses se caracterizan por su buen humor y por su especial habilidad para el arte de la buena conversación, sobre todo cuando ésta se enciende al calor de una cremosa pinta de cerveza negra. Por algo es proverbial su pico de oro en todo el mundo de habla inglesa, donde se le conoce como gift of the gab (don de la palabra), y por eso apenas se concibe a un irlandés silencioso.

Un parroquiano, con una pinta de Guinness, masculla: «Te deseo salud y larga vida, una tierra sin renta, un hijo cada año y que puedas morir en Irlanda». Quizá sea el alma celta lo que nos une desde la más remota noche de los tiempos.




Hermandad española

 

Similitudes. El escritor Ian Gibson sostiene que Irlanda es como España, pero sin sol. Ambos pueblos lucharon juntos contra los ingleses en tiempos de la desdichada Armada Invencible, y el Arco Español, una mole de mampostería renegrida y cubierta de musgo, es todavía testigo de la antigua gloria de Galway, un puerto antaño fecundo por su comercio con España.

 




«El hombre tranquilo»

 

Una cifra récord. El cineasta John Ford fue galardonado con cuatro Oscar en total, logro no alcanzado por ningún otro realizador. Por su parte, los operadores de cámara Winton C. Hoch y Archie Stout cosecharon el de Mejor Fotografía en Color, mérito que no resulta nada extraño admirando la serena belleza del paisaje circundante.

 




DATOS

 

Geografía: La región de Connemara se sitúa en la costa oeste de Irlanda. Su capital, Galway, es el segundo condado más extenso del país.
Población: Galway cuenta con una importante población estudiantil que supera los 10.000.
Idioma: Inglés y gaélico.
Moneda: Irlanda pertenece a la zona euro.

    GUIA

  • Cómo llegar
    Aer Lingus (Tfno: 915 414 216) vuela todos los días a Galway, vía Dublín, desde Madrid (excepto jueves), y desde Málaga los martes, sábados y domingos. Iberia (Tfno: 902 400 500) vuela a diario desde Madrid y Barcelona a Dublín, en cuyo aeropuerto se puede conectar con alguno de los vuelos de Aer Lingus a Galway. Una vez en Galway, lo mejor es alquilar un coche y llegar hasta Cong.


  • Alojamiento
    La mejor oferta hotelera se encuentra en Galway. Spanish Arch Hotel (***). Quay Street. Tfno: 00/353/91 569 600. Desde 107 E por persona. Waterfront Hotel (****). Tfno: 00/353/91-588 100. En pleno paseo marítimo de Salthill. Desde 66 E por persona.


  • GastronomIa
    Existe una gran variedad de pescados frescos y crustáceos. Las ostras son deliciosas en toda la bahía de Galway. Otros platos típicos son el estofado irlandés de cordero y los quesos cashel azul y el durrus ahumado.


  • Restaurantes
    The Quays (11 Quay Street). Situado en un sótano, es uno de los pubs más atractivos de Galway, especializado en pescados. El plato especial de marisco cuesta unos 18 E. Una recomendación para primer plato son los champiñones empanados con salsa de ajillo por unos 5 E.

 

 



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