Nº 09
Junio de 2002

Motor & Viajes    
       

Nieve, iglesias, catedrales, monasterios, ruinas, bosques, numerosos pueblos con encanto, una afamada gastronomía... nada le falta al espectacular Valle de Arán

VIELHA/LA SEU D’URGELL
En las entrañas del Pirineo

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Fachada principal de la casa rural Matevet, en Garós; una construcción típica de la zona.

En pleno Valle de Arán, en la capital, aún con las nieves reluciendo en lo alto de las montañas, Vielha es el inicio de nuestro viaje. Hemos atravesado el angosto túnel de 5 kilómetros que nos lleva a Vielha, y aquí todo es distinto a lo que dejamos atrás. Ha cambiado el clima y también el paisaje. Estamos a 974 metros, y esta ciudad guarda muchos atractivos, que vamos descubriendo desde nuestro coche.

No podemos pasar por alto su Iglesia de San Miguel, que se comenzó a edificar en el siglo XII y se terminó en el XVI, con su esplendoroso pórtico del Juicio Final y su pila románica, ni la Torre del General Martignon, que alberga el Museo del Valle.

A través de una carretera comarcal, muy sinuosa, donde el asfalto queda cegado por los frondosos bosques que lo rodean, llegamos a Betrén, que tiene una impresionante iglesia gótica con un pórtico singularmente trabajado con multitud de figuras en las arquivoltas apuntadas.

Los bosques verdes nos siguen rodeando y, esparcidos entre ellos, encontramos tres pequeños pueblos, que son unas auténticas maravillas. Escunhau, Casarilh y Garòs siempre tienen algo que nos sorprenden al pasar por ellos, como la iglesia románica del siglo XI de Escunhau. Siguiendo en dirección occidental, Arties es nuestra siguiente parada. Aquí conviene parar para comer o cenar, pues tiene los restaurantes más afamados del valle, además de sus famosas termas.

RESERVA NACIONAL. Siguiendo las curvas de la carretera, el Pirineo no deja de sorprendernos con Gessa y Salardú, desde donde hay unas impresionantes vistas que dominan todo el valle, además de poseer antiguos vestigios románicos. Poco a poco lo vamos descubriendo con nuestro coche, pues estamos en un territorio donde el románico es el señor de la arquitectura.

Llegamos al Puerto de la Bonaigua, con 2.072 metros de altura, y las vistas son de postal. Se desciende la Bonaigua por pendientes pronunciadas, dentro de un verdor alucinante. Estamos en la Reserva Nacional de Arán, y se nota. La Iglesia de la Madre de Dios de les Ares y el monasterio de San Pedro del Burgal son otras joyas arquitectónicas que nos encontramos en medio de esta joya natural que son los Pirineos, entre valles y más valles.

La orografía sigue siendo espectacular. A nuestro alrededor no es difícil ver montañas que se elevan hasta los 3.000 metros de altitud, mientras que a sus faldas los valles se hacen enormes. Al mismo tiempo, los riachuelos nacen muy cerca de nosotros, formando un espectáculo natural alucinante, con sus aguas transparentes pasando bajo las ruedas de nuestro coche.

Descendemos paulatinamente al tiempo que pasamos por pueblos como Escalò y Llavorsi, hasta que llegamos a Sort. En este municipio ilerdense es obligado comprar un décimo de lotería, ya que su topónimo se cumple de verdad. Aquí la suerte siempre llama a la puerta. Y no es raro el año en el que cae algún pellizco de la lotería de Navidad...

Aparte, también podemos detenernos para comprar algo de sus embutidos y productos lácteos, con fama nacional, y ver sus dos monumentos más renombrados, el castillo de los condes de Pallars y la iglesia de Sant Feliu. En Sort dejamos la C-147 y cogemos la N-260 que nos va a llevar hasta La Seu d’Urgell.

Las montañas no faltan tampoco en los últimos kilómetros, alcanzando su techo en el Cantó, con 1.725 metros. Sin embargo, van perdiendo altitud hasta que llegamos a La Seu. Estamos en la ciudad que tiene uno de los mejores barrios góticos de toda Europa, donde destaca la catedral fortificada de Santa María, datada del siglo XII.

Sabemos que estamos en un lugar cargado de historia, que pisamos las mismas piedras que en su día pisaron guerreros y peregrinos. No es una ciudad muy grande pero sigue conservando los atractivos que los siglos le han regalado. Después de entrar en los templos góticos de Santo Domingo y Santa Magdalena, pasamos unas agradables horas en el parque de Valira bajo los soles pirenaicos. Un buen telón de fondo.




DATOS

 

  • ALOJAMIENTO
    En Vielha: Eth Refugi D’Aran (Tfno: 973 643 002). Se trata de un local muy de moda dentro del casco antiguo de Vielha. En su interior luce una decoración moderna con cierto toque inglés. En La Seu D’Urgell: El Castell (Tfno: 973 350 704). Al pie del castillo de la ciudad, este hotel dispone de un total de 40 habitaciones, que bien merecen los 150 euros de su precio.


  • DONDE COMER
    En Escunhau: Es Pletieus (Tfno: 973 640 790). Este establecimiento sirve buenas ensaladas y guisos locales perfectos para disfrutar después de un día de caminatas por el Pirineo ilerdense. En Garòs: El Restille (Tfno: 973 641 539). Se dice que es aquí donde hacen la mejor olla aranesa de la zona, sin tonterías y con mucha calidad.


  • DISTANCIA
    La ruta consta de 120 kilómetros.

 



 



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