El litoral azul, ocre, malva del Mediterráneo almeriense y la árida tierra cautivan la mirada del viajero. Es la fascinación del desierto junto al oasis. Indisoluble unión que se deja acariciar por los cambiantes vientos
CABO DE GATA/NIJAR
Desértico minimalismo
__________________________________________
 |
| El litoral almeriense es un redil de paz y tranquilidad que invita al sosiego y a la calma.
|
El Mediterráneo es el compañero de nuestro viaje. Su litoral, mostrándonos sus calas y playas, se va a convertir en nuestro mejor aliado geográfico durante este viaje que parte en Mojácar. Ésta, de la que algunos dicen que es la localidad más bella de la vieja Bética, es hoy en día un enclave de impresionantes vistas y coqueto refugio de hippies y bohemios. Adentrarse en sus encantos significa descubrir el mirador de Plata Nueva, la iglesia-fortaleza y la torre vigía del Perulico.
Por la AL-1065, con el mar a un lado y las arenosas laderas al otro, se disfruta de bonitas vistas teñidas de mil marrones, despojadas de todo ropaje vegetal. La sensación es de un minimalismo natural... Pasamos por muchas playas amplias. Siempre es un auténtico placer bajarse del coche y darse un chapuzón en estas mediterráneas aguas, como, por ejemplo, en la de la playa de Sombrerico.
Dirección al sur, a unos 20 kilómetros se encuentra Carboneras. Todo el recorrido se hace en paralelo a unas playas sensacionales, la mayoría de las cuales está protegida y jalonada por torres vigías y baterías de defensa. Testigos silenciosos de los vientos que baten la costa.
Entramos al Parque por la AL-712. Es todo un deleite. Estamos en la única reserva marítimo-terrestre de España, con más de 26.000 hectáreas de extensión. Indudablemente, la belleza es muy desigual dada su extensión; pero es un lugar fantástico para los biólogos, con plantas como palmitos, azufaitos, lentiscos y coscojas. La carretera va empeorando y disminuye la señalización a medida que nos adentramos en el Parque, pero las vistas merecen la pena. Las prisas están prohibidas.
Descubrimos pequeños pueblos artesanos de alfarería y telares, caminos resecos y pequeñas playas que se rompen en las formaciones volcánicas de la zona. Llegamos a San José y desde aquí hasta el cabo nos encontramos muchas calas vírgenes con nombres muy variopintos y donde el submarinismo es una auténtica religión. Todo transmite un aire de abandono, de dejadez, de paz.
Después vendrán El Romeral y El Monsul, donde está la Torre de la Vela Blanca. Punta Laja y Punta Negra son la puerta de entrada al Cabo de Gata. Al llegar nos sentimos privilegiados, viendo sus aguas transparentes que nos invitan a un baño refrescante. Estamos ante las mejores aguas de toda la provincia de Almería... verdaderos oasis.
Las vistas que hay en el Cabo de Gata son excepcionales. Es un paraíso de calma y tranquilidad, dotado de un clima particular. Es uno de esos sitios idóneos para retirarse y descansar.
Todavía nos quedan las famosas salinas, un auténtico paraíso para las aves acuáticas, especialmente para los flamencos que se concentran entre los meses de julio y octubre. Abandonamos el Parque por una carretera de segunda que nos lleva a Retamar, donde cogemos la N-344. Dejamos atrás la naturaleza y las curvas de las carreteras pequeñas. La ciudad fortificada árabe de Almería, con su catedral y alcazaba, nos espera al fondo.
|
|
 |
- ALOJAMIENTO
El Parador de Turismo de Mojacar (Tfno: 950 478 250) está situado en primera línea de playa y tiene un hermoso jardín y 100 coquetas habitaciones. Desde 80 euros.
En Aguamarga Mikasa (Tfno: 950 138 073). Tiene tres casas junto al mar tiene habitaciones desde 82 euros.
- DONDE COMER
El restaurante La Chumbera (Tfno: 950 168 321) de Aguamarga es el rincón ideal para degustar, entre otros, la ensalada de langostinos, los calabacines y los filetes de atún.
En Mojácar, Vera (Tfno: 950 390 382). Un indudable referente a la cocina Mediterránea, donde las alcachofas con almejas y la lubina a la almendra son dos de sus especialidades.
- DISTANCIA
La ruta consta de 92 kilómetros.
|
