Nº 10
JULIO

Motor & Viajes    
       
FRANCIA
DE CÓMIC

El castillo de Cheverny, modelo que inspiró a Hergé para crear la residencia de Tintín, acoge desde hace un año una exposición permanente sobre el intrépido periodista belga

LOIRA
En el castillo de Tintín

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ALFREDO MERINO

El intrépido Tintín, el capitán Haddock y el inseparable Milú se encaminan hacia el impresionante y acogedor castillo de Moulinsart.

Moulinsart, el castillo donde vive Tintín y el capitán Haddock y el profesor Tornasol, existe. Está en el Loira y desde el año pasado recibe una ingente cantidad de adoradores del inmortal personaje, llegados de todas partes del planeta para comprobar que su mundo no es de papel. En realidad se llama Cheverny y se alza en el corazón del Loira, ...

... en el centro de una valiosa propiedad que atesora algunos de los escenarios de las aventuras del periodista belga. Es un armonioso castillo, que muestra la inequívoca hechura de las construcciones levantadas en este valle proverbial durante el reinado de los Luises XIII y XIV. Perteneciente a los Hurault, familia de financieros y oficiales que sirvió a cinco reyes de Francia, fue mandado construir hacia 1620 por Henri, conde de Cheverny e hijo del que fue canciller de Enrique III y Enrique IV. El proyecto corrió a cargo de Boyer de Blois, afamado arquitecto quien también dejó su huella en el palacio de Luxemburgo de París. En él se ha ido acumulando un valioso mobiliario, que pasa por ser el más fastuoso del Loira.

LA FIDELIDAD DE HERGÉ. Todo esto tiene muy poco que ver con Moulinsart. Fue la casualidad la que unió a los dos castillos. Hergé basó su personal estilo en su capacidad de observación. Andaba a mediados del pasado siglo dibujando su décima aventura, cuando cayó en sus manos un folleto turístico en el que aparecía Cheverny. Decidió utilizarlo primero como escenario donde los hermanos Pájaro, unos anticuarios sin escrúpulos, secuestran a Tintín para apoderarse de El tesoro de Rackman el Rojo. Más adelante, el castillo pasa a ser propiedad de Haddock, quien lo compra con el beneficio del tesoro de su antepasado. Hergé calcó las líneas de Cheverny, aunque simplificó su estructura. Al fin y al cabo, se trataba de dar hogar a un viejo lobo de mar venido a menos, no a una familia de la nobleza. Así que se cargó los dos voluminosos cuerpos de los extremos, componiendo un edificio más sencillo y amable.

A partir de entonces se convierte en el escenario de muchas de las aventuras de Tintín. En su salón acampa el príncipe Abdallah con su séquito y en él pasa una temporada la soprano Bianca Castasfiore, en una de las épocas más atormentadas para el capitán. También sufre los destrozos que le causan las invenciones de Tornasol. Todo ello se recrea en una exposición permanente que la Fundación Moulinsart, una de las que gestiona los derechos de la obra de Hergé, inauguró el pasado verano en las caballerizas de Cheverny.

En una creación tan limpia como las viñetas del maestro belga, las tribulaciones del joven periodista se suceden a tamaño natural. Su secuestro es la primera. Le siguen el salón con el cristal roto de El asunto Tornasol, el cuarto de baño de Haddock y el laboratorio de Tornasol. Por cierto, coja el teléfono cuando suene y diga que no, que allí no es la carnicería Sanzot. Más adelante está la habitación de Tintín. Tan aséptica como el personaje, del perchero cuelgan sus uniformes: desde Tintín en América a La isla Negra, sin que falten los inconfundibles bombachos y el jersey azul. Sucesivas hornacinas traen desde el papel a este lado de la realidad objetos como paquetes de cigarrillos, un reloj de cuco, una pistola de agua, microfilms…

IRREAL REALIDAD. La exposición se hace corta para los numerosos tintinófilos. Tras la visita, deambulan por la posesión en busca de evidencias del personaje. Referencias que también se encuentran en las tranquilas calles de Cheverny. Cuando se camina bajo la valla del castillo, parece que en cualquier momento se asomará por encima alguno de sus personajes; mientras que los fanáticos de Tintín descubren en sus jardines y bosques un sinfín de rincones donde se ha visto al héroe. Aunque cuando se penetra en el castillo, la cosa cambia. Uno no se imagina así Cheverny, digo Moulinsart. Se cree que su interior sería mucho más elemental y sencillo. Amueblado con el austero estilo imperante en la posguerra europea, nunca con tan recargada decoración.

Muchos visitantes recorren rápidos las estancias y escapan en cuanto pueden a la trasera de los jardines, con la esperanza de descubrir a Néstor, el correcto mayordomo, o al despistado Tornasol en su taller. Por mucho que se deambule por el hermoso bosque de la heredad... no se encuentran. Aunque quizá pueda entrever por mitad de la hojarasca a una huidiza urraca. Es muy posible que fuese la misma ladrona que robó las joyas de la Castasfiore.




    No se pierda...
    El mobiliario. Antes de que se abriese la exposición de Tintín, Cheverny era conocido por su decoración interior. El castillo tiene el mejor mobiliario del Loira. La decoración es de Jean Monier, quien ilustró en los paneles del recargado comedor diferentes pasajes de Don Quijote. En el rellano de la escalera destaca la cornamenta de un descomunal antepasado del alce.

    Piérdase en...
    Los 18 hoyos. Cheverny es bien conocido entre los franceses aficionados al golf por las virtudes de su green. En mitad de 142 hectáreas de bosques y praderas, sus 18 hoyos ofrecen un relajante añadido al mundo de Tintín. Además, la parte privada de los jardines puede visitarse en barco y coche eléctrico. También hay excursiones, hípica y vuelo en globo aerostático.




DATOS

 

Geografía: Cheverny se encuentra situado en la parte central de la orilla sur del Loira. En una extensa zona boscosa y cruzada por varios riachuelos. Cerca se encuentra Blois y los castillos de Chambord, Troyssay y Beauregard.

Clima: : Veranos calurosos y soleados. Otoños suaves y lluviosos

 




GUIA

 

COMO LLEGAR

Lo mejor es ir en avión o tren a París y desde allí en coche alquilado por la A-10 hasta Orléans, Blois y Cheverny. Desde España en coche, desde San Sebastián a Burdeos, por la A-10, a Poitiers, Tours y Blois. Por Barcelona a Narbonne por la A-9, Toulouse por la A-61, Limoges, Chateauroux y Vierzon por la A-20 y Cheverny por carreteras locales.

ALOJAMIENTO

Hôtel Le Château du Breuil (Tfno: 02 54 442 020) o Ferme des Saules (Tfno: 02 54 792 695).

INFORMACIÓN

Oficina de Turismo. 12, rue de Chêne des Dames. Cheverny (Tfno: 02 54 799 563). Château de Cheverny. Cheverny (Tfno: 02 54 799 629).

 


 



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