Nº 11
Agosto de 2002

Motor & Viajes    
       

Aguas esmeralda, de belleza serena y transparente, selvas que mueren en la blanca arena, el ensordecedor y pacífico son del viento... eso es el perfil caprichoso de la península de Phra Nang

TAILANDIA
Un pasaje hacia la isla de los sueños esmeralda

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OFELIA DE PABLO

Aguas transparentes perfiladalas por arena blanca son el dibujo idílico de la playa de Rai Leh, una de las más amplias de la península.

Calma al amanecer, cielo violento que se carga de fuerza al llegar el monzón... Lluvia y sol... Tormenta y paz a la orilla de los cocoteros... Una barca que apenas flota, con su cascarón crujiente, deposita a los viajeros a unos metros de la orilla. Hasta aquí, desde Krabi, el viaje parece irreal. Desfilan islas, palmeras, pescadores subidos a una suerte de embarcación que juega al equilibrio con las olas... El aire del mar de Andamán en el rostro... Al respirar penetra el cuerpo un olor a humedad, tierra y vida... El sonido del extraño motor de la barca, un artilugio ensordecedor, hace temer lo peor cuando entra a mar abierto. Salta y bota como si fuera a partirse. La tensión termina cuando se avistan las costas de este paraíso. A un lado las enormes rocas calizas que forman indescriptibles laberintos rojizos al caer sobre el agua, enfrente una bahía de ensueño: Aao Nam Mao y Rai Leh, es la península de la mítica Phra Nang.

EL REINO DE SIAM. Cuenta la leyenda que una princesa del mar, llamada Phra Nang, habitó entre la selva y las murallas rocosas de estas tierras. Según cuentan los nativos, al morir dejó su espíritu unido a la tierra y se aloja en una gran cueva que socava la montaña más alta. En ella los pescadores han construido un bello altar donde depositan incienso, velas, comida... para que les conceda la añorada felicidad y lo rodean con enormes falos de madera esperando que la soberana obre el milagro de la fertilidad...

Esta pequeña península del antiguo Reino de Siam es una hermosa isla, a la cual sólo se puede acceder por mar. No existen las carreteras. Y esto la ha salvado del turismo de masas que sufre todo el país. Antes era una villa de pescadores, pero un día un escalador, ansioso por encontrar nuevos horizontes rocosos a los que encaramarse, se dejó caer por aquí. Alquiló una barca con la que llegar a su pequeño paraíso natural e, incluso, enseñó a su timonel las artes de subirse por las paredes. Este escalador, que es de origen tailandés y se llama Tex, crearía poco después el primer Club de Escalada de estas latitudes... Una cabaña entre cocoteros en la que, desde entonces, se reunía los locales con ganas de aventura, es hoy un negocio muy rentable, por lo que los pescadores han cambiado las redes por las cuerdas y los bungalós. Así es como, este rincón perdido en mitad de Océano Índico, que tan sólo aparecía en las guías de escalada y lo disfrutaban un puñado de hippies que querían perderse del mundo, está siendo conquistado poco a poco. Afortunadamente la enmarañada naturaleza lo protege y su invasión sigue siendo con cuenta gotas...

Despertarse en el país soñado por los dioses, de los hombres libres como reza su nombre —tai significa libre—, es asomarse a la inmensidad de sus colores verdes y azules que lo llenan todo. Selvas tropicales, lianas, miles de sonidos extraños que te sorprenden a un paso del mar. Escoger un sendero y perderse, desaparecer entre la maleza y ascender por las escarpadas montañas hasta el Lago de la Princesa, donde según los habitantes de la isla, ella se bañaba... disfrutar de la belleza exuberante que lo rodea. Y dejarse sentir... Caminar unos metros más y hallar una ventana oculta en la roca que ofrece un pedacito de sueño: las playas de Rai Leh y Nam Mao, vistas entre la espesura. Hay que pellizcarse para sentir que es real cuando, después de una delicada ascensión, se llega a la cima. Se divisa todo el cabo inmerso en el mar de Andamán, las olas bañan playas de ficción bajo los pies y a lo lejos se ven las islas que de niños dibujamos junto a los barcos piratas. En ellas siempre se esconde un tesoro, son Ko Poda Poda y Ko Hua Khwan.

Las cuatro playas, que bañan esta península de ensueño, son realmente hermosas, pero sin duda es Ao Phra Nang una de las más espectaculares del mundo. No en vano lleva el nombre de la princesa del mar. Su arena es impecable, suave, te envuelve... Las aguas turquesas acarician la orilla y muestran el camino hacia ese montículo que surge como de la nada, es la Isla de la Felicidad —Ko Nok— , un nombre que describe un sentimiento, claro y efímero que surge cada vez que el sol cae a sus espaldas... atardeceres mágicos, pura vida de color y luz, un momento para no pensar... dejarse llevar...

DESCUBRIMIENTOS. Aquí la vida discurre tranquila junto a las palmeras... nada cambia bajo un cielo denso y azul, vives para relajarte con la espuma del Indico que acuna tus sensaciones, te ronronea al oído esa dulzura tropical...

De repente una mañana surge de la nada un pescador apoyado en su barca, bellamente adornada con una cinta de colores y jazmín en honor a los dioses y ofrece sus servicios a las almas que necesitan, saturadas de armonía, conocer algo más de los parajes vecinos. Entre las sugerencias del día se contempla el deslizarse entre las catedrales rocosas que jalonan la costa como la Torre de Ton Sai, visitar el curioso cementerio de coral y conchas —Su-Saan Hawy—, donde algunos ejemplares tienen 75 millones de años, o sumergirse en los azulados fondos marinos equipados con sendas aletas y gafas. Los miles de peces de colores que habitan en Andamán, saldrán a recibirte, te rodearán mientras te mecen las cálidas aguas y vendrán a husmear qué clase de pececillo ha venido a visitarles. La mejor zona para bucear es la isla de Ko Rang Nok, la conocida como isla de los Nidos de Pájaro, un lugar cercano a Phra Nang donde se puede investigar bajo el mar en su cueva submarina y admirar, a escasos metros, la hermosa fauna que pulula entorno a un misterioso barco hundido.

¿Es real esta isla o será la magia del deseo que ha venido, una vez más, a dulcificar el ansia de encontrar nuestro paraíso? Sólo queda una opción: hacer una escapada y dejarse encandilar por la trasparente paz del lugar.




DATOS

 

Geografía: La península de Phra Nang está situada al sur de Tailandia, al suroeste de la ciudad de Krabi, formando un pequeño cabo que se adentra en el mar de Andaman.

Diferencia horaria: Seis horas más.

Población: Unos 60 millones de habitantes.

Idioma: Tailandés e inglés.

Moneda: La unidad monetaria es el bath (equivale a unos 0,02 euros).

Clima: Las estaciones están reguladas por los monzones. Durante la estación seca (de mediados de noviembre a mayo) bajan las temperaturas y hay menos humedad. En la estación lluviosa o monzón (de junio a noviembre) suele llover copiosamente una vez al día durante poco tiempo.


COMO LLEGAR

Thai Airways vuela hasta Bangkok y Krabi desde 1.141,28 euros más tasas. Una vez en Krabi, alquilar una pequeña embarcación en el puerto para ir a Phra Nang. El Corte Inglés ofrece una semana en la zona por 2.778 euros por persona. Incluye billete de avión, traslados y estancia de siete noches.

DONDE DORMIR

Rayavadee Premier Resort en la playa de Phra Nang (Tfno: +66 (075) 620 740). Pequeños chalets a modo de cabañas, escondidos entre plantaciones de cocos, junto a una hermosa playa.

DONDE COMER

Los arroces combinados con verduras, frutos secos y especias, los pescados y los platos preparados con leche, son deliciosos. En Coco’s restaurant (Playa de Phra Nang) sirven una estupenda brocheta de langosta. Y en Ray Lai (Playa de Rai Lai) desayunar café con ensalada de yogurt es un placer.

 



 



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