Fotografiados por José Ayma y Domenec Umbert

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 Madrileños

La voz de Carabanchel
se come el mundo

Liceu

ROSENDO
Rockero inmortal
CARLOS CUATRECASAS
Círculo del Liceo

La puerta de los lavabos es el rincón que mejor conoce de todos los bares madrileños. Cada vez que va de copas, sus fans le acaban acorralando contra el icono de caballeros o señoras.

Mientras lo alaban, recitan su biografía o le exigen otro disco, él retrocede sin dejar de asentir. Su timidez y el verdadero agradecimiento que siente por quienes le admiran le empujan contra las cuerdas del retrete. Hasta en la londinense Carnaby Street surge siempre alguien dispuesto a reconocerle.

Rosendo Mercado vive en la gloria de la cotidianeidad, seguro de su música y al margen de caprichos discográficos. Resulta tan encantador y sincero que no hay quien se resista a engrosar las filas de sus incondicionales.

El chico que cualquier madre quisiera para su hija ya está pillado por Esther, desde los 18 años, y es papá de un hombretón de 21 años enredado con el reggae. Ser un rockero melenudo no le exime de preocupaciones generacionales. Su arte se cuece en las calles por las que correteaba y que no abandona, porque allí se cruza con la familia y los amigos. Dieciséis discos, el último en directo desde la mítica cárcel de su barrio de Carabanchel, certifican que no es imprescindible vender el alma al diablo para meterse al público en el bolsillo./PILAR PORTERO

Las paredes del Gran Teatre del Liceu son también las suyas. El Círculo del Liceo comparte casa con el teatro y oculta parte de su historia y de sus recuerdos. Cuántos suspiros, cuántos murmullos, cuántas noches ha compartido los secretos que seguían a una ópera, a un recital o a un concierto. Sólo una puerta, en el Salón de los Espejos, separa el teatro del Círculo, que entre sus más preciadas posesiones cuenta con las bellas mujeres que inmortalizaron los cuadros de Ramon Casas. Aquella mañana de aquel 31 de enero de 1994, las llamas que destruyeron el teatro respetaron el Círculo. Lo ignoraron y la indiferencia "por una vez" fue una suerte. Agradecidos con el destino y la historia, son una de las empresas que forman parte del Consejo de Mecenazgo del coliseo de Barcelona.

En penumbras, casi a oscuras, enseñan algunas de las obras más señaladas de pintores como Ramon Casas.

Muebles y obras de arte adornan los pasillos del Círculo, donde se realizaron estas fotografías el 7 de junio a las 17 horas./NURIA CUADRADO

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