¿QUÉ
SON LOS TUMORES GINECOLÓGICOS? Los
ovarios son dos y están en la pelvis, uno a cada lado del útero.
Tienen la forma y tamaño de una almendra, y producen tanto óvulos
como hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) que se encargan de
dar forma y rasgos femeninos al cuerpo y de regular la menstruación
y el embarazo entre otras cosas. El cáncer de ovario representa el 4% de
los tumores que afectan a la mujer.
Los quistes en el ovario
son tumores benignos que suelen desaparecer de manera espontánea. En el
caso de que persistan o crezcan, el médico puede extirparlos. Hay tres
tipos fundamentales de tumores malignos; los que se forman en la superficie del
ovario se denominan carcinoma epitelial y son los más comunes. También,
pero de manera mucho menos frecuente, se pueden dar casos de cáncer en
las células que producen los óvulos y en los tejidos que rodean
al ovario.
Las metástasis más comunes en el cáncer
de ovario se dan en el peritoneo, que es la bolsa que recubre a los intestinos.
En estos casos se produce ascitis (acumulación de líquidos
en el abdomen), mientras que si llegan al sistema sanguíneo o al linfático,
las células cancerígenas pueden viajar por todo el cuerpo, lo que
aumentan las posibilidades de metástasis en otras partes del cuerpo.
El cuello del útero, también llamado cervix, une la vagina con la
cavidad del útero que está recubierto por el endometrio. El cáncer
de cérvix también es conocido como carcinoma escamoso ya que
las células que recubren su superficie son planas y muy delgadas, como
si fuesen escamas.
Los científicos creen que no todas
las células anormales que aparecen en el cérvix son cancerígenas,
aunque sí es recomendable llevar a cabo chequeos regulares, porque
éste puede ser el primer paso hacia el cáncer. A veces se trata
de lesiones intraepiteliales formadas por tejido anormal que aparece sólo
en la superficie del cervix. Suelen aparecer sobre todo en mujeres de 25 a 35
años y a veces desaparecen de forma espontánea. Los casos más
graves se desarrollan en mujeres de 30 a 40 años y puede tardar meses,
e incluso años en provocar el cáncer. Si van más allá
de la superficie y crecen hacia la profundidad del cervix se llaman lesiones invasivas
y suelen aparecer a partir de los 40.
El útero es la
cavidad en la que se desarrolla el feto. Está compuesto por dos capas de
tejidos diferentes: la interior, muy fina, que se llama endometrio y otra más
externa, formada por músculo y llamada miometrio. La mayoría
de los tumores del útero surgen tras la menopausia.
Se pueden dar principalmente tres casos de alteraciones benignas que, en caso
de que no desaparezcan de forma natural, se pueden solucionar con cirugía.
Los fibroides son grupos de células que crecen en el músculo del
útero y nunca derivan en cáncer. Otro tipo de patología de
este tipo es la endometriosis. Se da sobre todo en mujeres de 30 a 40 años
que nunca han estado embarazadas y consiste en el crecimiento de tejido endometrial
fuera del útero o cerca de otros órganos. Por último, la
hiperplasia es un incremento del número de células en la superficie
del útero que se suele tratar con hormonas o mediante cirugía.
Las metástasis más comunes del cáncer de útero se
producen en los gánglios linfáticos y en otros órganos como
los pulmones, el hígado y los huesos.
Lea
la charla con el especialista: Andrés Poveda |