Son muy variables y se presentan con gran rapidez (24 horas después de la inflamación), por lo que el diagnóstico es, a veces, complicado. Los más normales:
Dolor abdominal fuerte. Comienza en torno al ombligo y se localiza posteriormente en la zona del apéndice (zona inferior derecha del abdomen). Este dolor se hace más agudo con la respiración profunda, los movimientos bruscos, la presión, la tos, los estornudos o, simplemente, al caminar.
Náuseas y vómitos.
Estreñimiento (aunque un 10% presenta diarrea).
Pérdida de apetito.
Fiebre.
Tratamiento
Exploración física y palpación del abdomen.
Análisis de sangre (el recuento de glóbulos blancos es mucho mayor en estos casos).
Extirpación del apéndice. Entretanto nunca se deben tomar laxantes (pueden causar rotura), ni analgésicos o reductores de la fiebre (dificultan el diagnóstico). Tampoco se puede comer o beber, se hará dieta líquida hasta el momento de la intervención.
El médico puede recetar antibióticos (reducen la posibilidad de infección), calmantes después de la operación o laxantes suaves para evitar que se abra la herida (esto es cada vez menos probable con la microcirugía).
Aumento del riesgo
Antecedentes familiares.
Enfermedad reciente relacionada con lombrices intestinales, tenias, tumores intra-abdominales o infecciones gastrointestinales.
Aumento del riesgo
Si se tarda en acudir al médico el apéndice puede perforarse, con el resultado de una peritonitis o la formación de un absceso apendicular. No obstante, el epiplón (una aleta de tejido que cubre los intestinos, suele envolver el apéndice inflamado y evita la extensión de la infección).
Llamar al médico en caso de...
Sospechar que estamos ante un ataque de apendicitis. El afectado se tenderá sobre la cama y se le tomará la temperatura regularmente. Se le aplicará hielo en el abdomen para aliviar el dolor y no tomará analgésicos.