El desprendimiento se produce por un desgarro en la superficie de la retina. Por el orificio desgarrado penetra el humor vítreo, sustancia líquida situada delante de la retina, que rellena el globo ocular. Este proceso se desencadena por traumatismos, degeneración por la edad, tumores retinianos, inflamaciones crónicas, degeneración de la miopía, etc. Aunque en ocasiones la causa no está determinada.
Factores de riesgo
Padecer miopía, pues la retina puede estar más estirada de lo normal.
Haber sufrido intervenciones con pérdida de humor vítreo.
Estar operado de cataratas.
Problemas vasculares, diabetes, tumorales, inflamatorios... deben controlarse para evitar desprendimientos.
Antecedentes familiares.
Tratamiento
El desprendimiento de retina es una emergencia médica, por lo que hay que acudir inmediatamente al médico si se observan los síntomas. Mientras hay que evitar los movimientos oculares para no agravar más la lesión.
Si el desprendimiento aún no se ha producido, el desgarro inicial se cierra por congelación o mediante una intervención con rayo láser y anestesia local. También se puede cambiar la forma del globo ocular para evitar el estiramiento de la retina y sus posibles daños.
Si el desprendimiento ya ha comenzado, se recurre a la anestesia general para restaurar las capas del ojo dañadas.
Posibles complicaciones
Si el problema no se resuelve rápidamente, el ojo puede quedar ciego, aunque lo normal es que la visión se recupere. Si el desprendimiento ha afectado a la mácula (parte central de la retina) la visión puede quedar un poco borrosa.
Tras el desprendimiento en un ojo existe la posibilidad de que se produzca en el otro, así que hay que estar alerta en el caso de haber sufrido este problema una vez. Muy pocas veces se repite el caso en el mismo ojo una vez tratado con cirugía.
Llamar al médico en caso de...
Tener molestias continuas en los ojos y problemas de visión.