Estaba paseando por
galerias de arte, pues yo hacía comentarios artísticos
para distintos medios de comunicación, y me enteré
en una galeria, cuando ya habían pasado dos horas
antes del famoso «se sienten, coño».
Luego lo seguí desde casa con el transistor y la
tele, esperando, como el 99% de los españoles, el
mensaje del Rey. Me parecía una cosa loca y absurda.
Lo más desolador es que yo no veía al pueblo
por la calle y luego me entero que se va a hacer una huelga
de comisiones en Barcelona y no entiendo nada. No hubo inquietud,
no era como en Fuenteovejuna. Los demócratas, como
nos autodenominábamos, no se congregaron en masa
a las puertas del Congreso para exigir que se liberase a
sus mandatarios. |