Agosto de 1936. Un pastor
andaluz recoge y busca refugio a un hombre fusilado, herido y en estado semivegetal,
al que sus verdugos creyeron muerto. Catorce años después, el pastor
vuelve a toparse con él: es un anciano sin memoria que deambula pidiendo
limosna. El viejo pastor, empeñado en averiguar la identidad del mendigo,
llega a barajar la posibilidad de que se trate de Federico García Lorca.
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