Hombre y mujer en un solo cuerpo

Hombre y mujer en un solo cuerpo

Uno de los primeros casos de hermafroditismo conocido: María Magdalena Lefort a los 65 años.


Si hubiese sido niño le habrían llamado Gabriel, si hubiera sido niña, Rosa. Los esquemas se vinieron abajo cuando el doctor les mostró el bebé y los padres se fijaron en los genitales del recién nacido para comenzar a llamarle por su nombre. ¿Gabriel? ¿Rosa?...

Los hermafroditas se caracterizan por tener al mismo tiempo tejido ovárico y testicular, y en el mundo no hay descritos más de 300 ó 400 casos. Esta extraña forma de intersexualidad puede presentar una gran gama de manifestaciones físicas: un pequeño pene sobre un clítoris atrofiado, la coexistencia de ambos uno al lado de otro... Las formas médicamente descritas demuestran que la naturaleza es caprichosa y que las posibilidades son tan extrañas como grotescas.

En realidad, el tema es más complejo. Los expertos prefieren hablar de casos de intersexualidad para referirse al amplio abanico de variedades que van desde el sexo perfectamente definido, hombres y mujeres con genitales ambiguos (pseudohermafroditas masculinos y femeninos) hasta el hermafrodita verdadero.

¿Niño o niña? En el sujeto existen tres niveles sexuales, que necesariamente tendrán que ser armónicos para que el sexo esté plenamente definido: el genital (externo, con pene o vagina), el gonadal (interno, con testículos u ovarios) y el genético (XY para ellos y XX para ellas). Cualquier desajuste puede dar lugar al problema: hombres que desarrollan mamas, mujeres con clítoris hiperdesarrollados similares a pequeños falos, testículos hacia dentro a modo de labios vaginales...

Según definición del catedrático Manuel Cruz en su prestigioso Tratado de Pediatría, los pseudohermafroditas femeninos se caracterizan por la "presencia de genitales externos ambiguos o totalmente masculinos en pacientes de sexo cromosómico XX, con ovarios y genitales internos femeninos". A los pseudohermafroditas masculinos les sucede justo lo contrario. Genéticamente son hombres pero el aparato externo revela una especie de vagina.

¿Qué ocurrió para que la unión entre Hermes y la bella Afrodita diese lugar a Hermafrodita, un pequeño dios griego con pene, pechos y curvas de mujer? La clave está en el desarrollo embrionario. En esa etapa, se activan y desactivan a la vez infinidad de genes que tienen como objetivo dirigir la síntesis de hormonas, enzimas y proteínas que van a determinar la sexualidad. Si hay algún fallo o si falta algún gen, llega un desorden que propicia diversas formas de hermafroditismo.

Numerosas causas de intersexo son de origen familiar: resistencia a los andrógenos (que virilizan los genitales externos durante el desarrollo del feto), trastornos de los mismos... Otras razones, de tipo gestacional, son explicadas por María Teresa Solé, del Instituto Dexeus de Barcelona. "Una niña se puede masculinizar si, durante la gestación, la madre toma andrógenos, bien porque tome pastillas que contengan este tipo de hormonas o bien porque las genere el propio embarazo".


DESEQUILIBRIOS
Lejos de la bella estampa mitológica que portaba la divinidad Hermafrodita, los pacientes que sufren ambigüedad sexual en cualquiera de sus formas suelen ir acompañados de desequilibrios psicológicos más que justificados.

La mayoría no se da cuenta de su verdadero sexo hasta llegar a la adolescencia. Chicos que se creían chicas y chicas que se creían chicos y han sido educados como tales durante muchos años se llevan el sopapo de su vida. Ellas ven que no les llega la regla. Ellos comienzan a redondear sus formas. Las consecuencias psicológicas son terribles. "Están muy asustados y deprimidos. Presentan problemas emocionales extraordinarios, incluso con tendencia al suicidio", afirma Aurelio Usón, catedrático de Urología por la Universidad Complutense y, hasta 1978, profesor en el Columbia Presbyterian Medical Center de Nueva York.

Usón, que ha hecho múltiples operaciones en Estados Unidos y en España, comenta que lo importante es realizar un diagnóstico lo antes posible. "En el 90% de las ocasiones, a las 72 horas de nacer ya se puede saber si estamos ante un niño o una niña, eso es importante para saber si existen malformaciones externas y poder corregirlas". Los especialistas consideran que el niño debe saber su verdadero sexo antes de cumplir los dos años. Conocerlo después acarrea un choque psicológico mayor. En caso de duda, lo mejor es inscribir al recién nacido con el sexo femenino. Como norma general, los cirujanos aconsejan esta opción ya que es más fácil hacer una mujer que un hombre, diseñar una vagina que hacer lo propio con un pene.

"Esto es lo mejor que se puede hacer. Luego vendrá el cirujano y hará su tarea, pero hasta que llegue ese preciso momento es importante que la persona ya se sienta y sea educada como una niña aunque los padres deseasen fervientemente un niño", sostiene Aurelio Usón.


Un tema tabú



Las desventuras del niño lama / Chiapas / Entrevista: Massiel / Feliz 800 cumpleaños Giralda / Martina Hingis / Hombre y mujer en un solo cuerpo / Bette Davis / Mesa y Mantel / Restaurante / Vino / Ruta / Hotel / Conéctate / Recetas / Horóscopo / Adivinación / Ecología: un poco de agua basta / Si yo fuera presidente / Una semana verde / La mirada de Francisco Umbral / Almanaque / Gentes / Cuaderno rosa de Ana Rosa Quintana / El tablón /

Fauna: Tejón / Flora: Jara pringosa

TOP LA REVISTA VOLVER