ESCRIBE, compone e interpreta. Su primer disco, Eva (BMG-RCA), es casi una extensión de sí misma, ha dicho. Y así, a pesar del pudor que impone exhibirse en las estanterías, Eva Lucía Bayarri (Valencia, 1975) se sincera. En Nueva York, junto a los sabios arreglos del músico Michel Camilo, ha grabado un disco lleno de soul, country, baladas y, curioso, una bella bachata.P.-Eva, ¿usted tiene algo que ver con el pecado original?
R.-Nada que ver. Si hubiera incluido mis apellidos en mi nombre artístico no habría sonado a la primera mujer. Pero, en serio, la elección de usar sólo Eva estuvo motivada por la simplicidad. El disco es muy directo y mi nombre también.
P.-Ha compuesto canciones con 13 años. Eso sí es precocidad.
R.-Empecé antes de los 13. El estribillo de No lo puedo evitar lo compuse a los 13 años. Luego fui añadiendo estrofas, las cambié, añadí otras y la terminé a los 21. Pero esta canción es una excepción. Las demás las compuse el mismo día que las empecé.
P.-Da la sensación de que escribir le sale sin más.
R.-Suele salir de forma muy espontánea, casi por necesidad. No me siento a escribir, pero de repente algo me tira a coger un bolígrafo. Y entonces sale la letra musicada, sale la melodía a la vez porque el poema ya tiene ritmo por naturaleza y cuando escribo voy poniéndole notas a todo. Es una cosa tan espontánea que no sería capaz de explicarla.
P.-¿Quiere decir que escribe y compone sobre lo que le pasa?
R.-Sí, todas son autobiográficas. Lo cuento todo. No sé, estoy asustada. Me he desnudado del todo. Da miedo (se ríe). No lo pensé cuando las compuse, pero ahora que las veo todas juntas y puestas cara al público, digo: "Es que soy yo, soy yo en una estantería".
P.-¿Lo suyo es música femenina o feminista?
R.-Femenina. Hago pocas reivindicaciones acerca de la mujer porque pienso que hay mucha gente con mejores palabras que yo para eso. Mi música es más romántica que reivindicativa.
P.-Ya, porque "Pequeño huracán", su primer single, no habla precisamente de fenómenos atmosféricos y catástrofes naturales.
R.-No, Pequeño Huracán es una canción que dediqué a un compañero de la facultad con el que no llegué a tener más que amistad. Es mi manera de decir "no puede ser" con muchísimo cariño.
P.-Dicen que puede ser tan romántica como Juan Luis Guerra o tan dramática como Queen, ¿cómo le salen cosas tan distintas?
R.-Los temas que tratan mis canciones son muy dispares. Siento el romanticismo, el dramatismo, la soledad, las malas compañías... y las plasmo en mis canciones.
P.-¿Grabar en Nueva York fue un reto o una posibilidad?
R.-Fue casi una imposición de Michel Camilo. Utilizar el mejor estudio, los mejores músicos, el mejor técnico de sonido... El equipo de Camilo trabaja allí y por eso decidió hacerlo allí. Y ha sido toda una oportunidad de demostrar cómo puede sonar mi voz con un equipazo y con unos músicos como esos.
P.-Paz, verdad, sentimiento, fuerza, amor, corazón... Por sus letras, da la sensación de ser una persona muy optimista.
R.-Siempre hay un fondo de optimismo en todo lo que hago aunque aparentemente las canciones sean melancólicas, fatalistas o hablen de tristezas como el desamor.
P.-También hay porros, cervezas, alquitrán, mal humor, locos...
R.-Como la vida misma, hay contraste. En todas partes hay A y B, hay dos equipos. Se trata de darle protagonismo al que más te convenga.
EL DECÁLOGO .
UN LIBRO: "El mundo tal como lo encontré".
UN PERSONAJE HISTÓRICO: Marie Curie.
UN MOMENTO: El futuro inmediato.
UNA IDEA: Una buena, que malas hay muchas.
UNA PALABRA: Hay tantas.
UN AMOR: El de cada uno.
UN DESAMOR: Lo mismo.
UN NOMBRE: Tierra.
UN AMIGO: El más fiel.
UNA MARCA: La de mi nuca.
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