Los fans de la saga apreciarán explosiones más espectaculares y un sonido más envolvente gracias a la nueva banda de sonido en THX, pero, sobre todo, verán algunos cambios en el puerto espacial de Mos Eisley -donde Luke Skywalker (Mark Hamill) y Obi-Wan Kenobi (Alec Guiness) conocen a Han Solo (Harrison Ford) y su fiel wookie Chewbacca-. Mediante imágenes digitalizadas, Lucas ha incluido más soldados y figurantes en las calles, además de unas gigantescas bestias. "Ahora, Mos Eisley es una ciudad de verdad, no un callejón", señala Lucas.

La segunda novedad es el encuentro entre Han Solo y el baboso gangster Jabba the Hutt. Lucas tuvo que suprimir esa escena hace veinte años y aplazar la entrada en escena del matón hasta la tercera entrega de la saga, El retorno del Jedi.

Tan pocos ingredientes han bastado para desatar la locura nostálgica entre los treintañeros que contemplaron por primera vez la película en 1977. Es como encontrarte con un amigo al que no has visto en mucho tiempo. La fiebre guerra de las galaxias tiene visos de durar muchos años más porque Lucas ya ha anunciado que está a punto de empezar a rodar una nueva trilogía, cronológicamente anterior a la actual, que atrapará a una nueva generación. Su estreno está ya programado para 1999, 2001 y 2003. En ella se narran las peripecias de la generación anterior, el advenimiento del Imperio, la juventud de Darth Vader, el padre de Luke y de la princesa Leia, antes de caer en el lado malo de la Fuerza, y de Obi-Wan Kenobi.

Aunque suene a exageración, las aventuras interplanetarias de la princesa Leia, Luke Skywalker, Han Solo, C3PO y R2D2 han marcado a toda una generación y han traspasado las pantallas para formar parte de nuestra cultura, y sus personajes son auténticos iconos.

Cuando La guerra de las galaxias se estrenó, en la primavera de 1977, la industria cinematográfica atravesaba una crisis sin precedentes. Hollywood no tenía ideas, arrastraba la desilusión de Vietnam y se enfrentaba a una generación que crecía con la televisión. La película de George Lucas cambió radicalmente la forma de hacer cine y descubrió un filón de oro que hasta ese momento sólo explotaba Disney: la industria moderna de productos derivados, el merchandising. Los beneficios que ha producido la saga galáctica son impresionantes: unos 4.000 millones de dólares (560.000 millones de pesetas) desde 1977 entre recaudación de taquilla (La guerra de las galaxias ocupa el cuarto puesto entre las películas más taquilleras, por detrás de ET, Parque Jurásico y Forrest Gump), y todo tipo de productos que abarcan desde vídeos, libros y CD roms hasta cereales, camisetas y juguetes. Pero el verdadero trabajo en la estrategia del marketing está ahora centrada en crear nuevos mitómanos de cara a la próxima trilogía y la invasión de nuevos productos va a ser imparable. Pepsi Cola, por ejemplo, ha firmado un contrato de 2.000 millones de dólares (280.000 millones de pesetas) para utilizar a los personajes de la saga en sus campañas publicitarias y la multinacional norteamericana Hasbro ha sacado al mercado 300 nuevos juguetes relacionados con la epopeya galáctica. La demanda en Estados Unidos es tan grande que incluso han comercializado figuras de personajes que tan sólo aparecen unos segundos en pantalla.

España no va a ser ajena a la invasión espacial de Lucas, aunque la mitomanía nacional está muy lejos de alcanzar los niveles de los países anglosajones. Polos, chupa-chups, pizzas y patatas fritas se unirán a muñecos y naves espaciales en la conquista del público español. Según Ángel Melendro, jefe de promociones de la Fox, "la campaña de merchandising de La guerra de las galaxias será una de las más fuertes que se hayan visto en España". Sin embargo, los personajes de la saga no son nuevos en nuestro país y lo demuestra el hecho de que el Halcón Milenario, la nave espacial de Han Solo, ha sido uno de los juguetes más vendidos en las pasadas Navidades. Las expectativas superan incluso a las que en su día suscitaron Parque Jurásico y sus dinosaurios.

Pero, ¿cuál es la clave de que el poder y el encanto de La guerra de las galaxias sigan intactos veinte años después? La clave son los valores que transmite, la eterna lucha entre el Bien y el Mal, la exaltación de la amistad y la solidaridad en una película de aventuras que mezcla los cuentos de hadas con las novelas de caballería, los western y Flash Gordon. La música, el vestuario, el diseño y, por supuesto, los efectos especiales, contribuyen a crear la magia de una película que, desde el principio, fue especial, y que, dos décadas después, sigue siéndolo.

Un colaborador de Lucas, Howard Roffman, lo resume así: "Básicamente, la historia es una metáfora intemporal. De una forma u otra, todos somos Luke Skywalker y tenemos que abandonar nuestras pequeñas granjas en Tatooine para luchar en nuestras propias rebeliones. Cualquiera puede sentirse identificado". Son argumentos suficientes para que el Museo Nacional del Aire y del Espacio de Washington (el más frecuentado del mundo) le dedique una gran exposición que se inaugurará el próximo noviembre bajo el título: Star Wars: The Magic of Myth.

Pero las cosas no fueron fáciles desde el principio. Lucas tuvo que pasear el guión por varios estudios hasta que la Fox se arriesgara a llevarlo a la pantalla. El rodaje de la película fue duro y atravesó por serias dificultades. Además, el guión no acababa de convencer ni siquiera a los protagonistas: Harrison Ford, Mark Hamill y Carrie Fisher. "Yo tenía los diálogos más ñoños. En mi primera escena tenía que decirle a Peter Cushing: `Oh, gobernador Tarkin he reconocido su asqueroso hedor en cuanto he subido a bordo'. Lo que realmente quería decir era: `Oh Dios, en cuanto he subido a bordo he sentido ese olor y, claro, era usted', iba más con mi personalidad, pero George Lucas me cogió por banda y me advirtió: `Esto es muy real y muy serio'. Hice todo lo que me decían porque sentía que no era lo suficientemente atractiva para encarnar a la princesa Leia y tenía miedo de que me echaran", recuerda Fisher.

Harrison Ford, que ya había trabajado con Lucas en American Graffiti pero aún era un actor casi desconocido, tuvo que leer el guión junto a otros actores para conseguir el papel de Han Solo. "Al final, me hicieron una oferta. Me dijeron que era una película de bajo presupuesto y puedo jurar que lo fue para los actores". Finalmente, Lucas asignó un porcentaje de los beneficios de la película para los actores principales. "Acabamos ganando lo que debíamos", recuerda Ford. Y, desde luego, algunos se hicieron millonarios.

Ahora Lucas está ya embarcado en la primera entrega de la segunda trilogía de la epopeya galáctica. Aunque todo se lleva en el mayor de los secretos, se sabe ya que está dispuesto a dirigirla personalmente (juró no volver a ponerse detrás de una cámara) y que tratará de la juventud del siniestro Darth Vader. Al parecer, Lucas está buscando a los actores que encarnarán a Anakin Skywalker -antes de que se convirtiera en Darth Vader- y a la Joven Reina, madre de Luke y de la princesa Leia Organa. Para el primero busca a un niño caucásico de unos nueve años y para la segunda a una joven de unos trece años y de rasgos exóticos. Su presupuesto es de setenta millones de dólares (9.800 millones de pesetas) y está previsto que comience su rodaje el próximo otoño.