¿El sucesor? El pequeño Ababo, 12 años, hace el camino
que separa su casa de la escuela corriendo con los libros bajo el brazo.
La misma estampa que hace años protagonizaba
Haile Gebrselassie, que recorría cada día 10 kilómetros descalzo.
En las tierras altas de Etiopía los jóvenes corren como si en ello les fuera la vida.
Con cada zancada ven más cerca el sueño de convertirse en héroes del atletismo como el campeón olímpico Haile Gebrselassie. Pero también la posibilidad de conseguir un par de zapatillas, una beca y salir de la pobreza.
En el éxito de los plusmarquistas etíopes no hay más secretos que la necesidad ..., y entrenar desde niños.
Texto y fotografías de Dermot Tatlow
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