Apartado del ruido de Marbella en su cortijo de "Las Monjas", herido por la trágica muerte de su tercera mujer y tocado por el cáncer, el príncipe Alfonso no ha perdido carisma ni señorío.
Desde su retiro recuerda una vida de pompa y lujo, pero afirma: "He trabajado toda mi vida. Siempre tuve visión de futuro".
Por Juan Carlos Rodríguez. Fotografía de Chema Conesa
|