152 | sábado, 13 de mayo de 2000 |
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Si marcas como Chrysler y Renault no se hubieran arriesgado hace tiempo al desarrollar un coche cuya carrocería se parecía más a una furgoneta que a un automóvil tradicional, posiblemente hoy no existirían los monovolumen. Puede que dentro de unos años se hable en estos mismos términos para analizar las motocicletas con techo aunque, para ello, el vanguardista concepto creado por la firma alemana BMW deberá evolucionar para dejar de ser un vehículo contradictorio, tan útil como inútil Seguridad en caso de choque, protección ante las inclemencias meteorológicas y facilidad y comodidad de uso en los desplazamientos por ciudad es lo que promete BMW a los compradores de la C1. Pero se olvidan de una cosa: conducirlo supone una nueva experiencia, y no lo digo por las peculiaridades inherentes a este vehículo. Quien está dentro de esta burbuja es la atracción en los semáforos, pues no hay forma de ocultarse de la mirada indiscreta de automovilistas, peatones y motoristas. Y es que la curiosidad que despierta esta moto bajo palio sólo es comparable a la que producía el pequeño Smart en sus primeros meses de vida. En lo que no queda tan claro el enfoque que BMW quiere dar a este vehículo es en el terreno de la seguridad, porque si bien es cierto que su estructura puede proteger en caso de choque, no lo es menos que los frenos con ABS son un elemento de probada eficacia. Por lo tanto, no se entiende que haya que pagar 91.925 pesetas más por disponer de este sistema, máxime si el precio final de la C1 es bastante elevado. Otro de sus inconvenientes es que es monoplaza, lo que le resta versatilidad de utilización, sin olvidar la política de equipamiento, demasiado centrada en las opciones. ESTRUCTURA DE SEGURIDAD. Está realizada en tubos de aluminio para aumentar su resistencia sin que su peso sea excesivo. Esta jaula protege al conductor gracias a las zonas de deformación delantera y laterales y al arco antivuelco. Los dos cinturones de seguridad están anclados a la estructura. INSTRUMENTACIÓN. Ofrece lo indispensable (velocímetro, nivel de combustible y chivatos luminosos) de forma clara. En el manillar se agrupa la práctica totalidad de los mandos. MOTOR. Permite unas prestaciones y unos consumos honestos para moverse con agilidad y economía en el tráfico urbano. Es mejorable el aislamiento de las vibraciones. CINTURONES DE SEGURIDAD. Dispone de dos cruzados de cuatro puntos que, junto al diseño del asiento, evita que el conductor sea despedido en caso de choque. Hay que abrochárselos para arrancar. EQUIPAMIENTO OPCIONAL Techo practicable. Cuesta 27.953 pesetas y es transparente para aumentar la visibilidad. Se abre mediante un mecanismo basculante que permite mayor ventilación y es desmontable. Equipo de sonido. Por 51.590 pesetas incluye altavoces activos con subida del volumen en función de la velocidad. Se ubican encima del reposacabezas para mejorar la audición. "Topcase". Es el maletero de la C1. Se integra en su parte trasera y tiene una capacidad de 35 litros. Además, es hermético y cuenta con cerradura. Su precio es de 57.000 pesetas. Ficha Técnica / 951.000 pesetas (5.716 euros)
Conclusión *** DIME QUIÉN CONDUCE... EL MOTORISTA. Se encuentra como un pez fuera del agua: Echa de menos el casco, la postura ante el manillar y la potencia de una moto grande. También le cuesta aclimatarse a su peculiar conducción, ya que ir atado le crea inseguridad. Para él, no es una moto. EL AMANTE DEL "SCOOTER". Aprecia su comodidad y el poder circular sin casco, así como su parabrisas, que protege parcialmente de la lluvia (brazos y piernas quedan expuestos). Rechaza su voluminosidad y critica que sólo pueda transportar a una persona. EL AUTOMOVILISTA. Salvo porque debe coger un manillar en vez del volante, la postura de conducción le recuerda a la del coche. También valora su capacidad para huir de los atascos y para encontrar aparcamiento. Añora el equilibrio de las cuatro ruedas. |
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