GUIA INMOBILIARIA Y DEL HOGAR

EL MUNDO - Viernes 19 de octubre de 2001 - Número 223
MEMORIA DE CALIDADES


Ponga calor en su casa al estilo más tradicional
Chimeneas, recuperadores y estufas: tres opciones para disfrutar del fuego

 
  ALBERTO GARCÍA

Son muchos los métodos que se utilizan para combatir los primeros fríos del año. Aunque pocos de tan bella factura como las chimeneas, los recuperadores de calor y las estufas. El suplemento SU VIVIENDA le explica detalladamente las principales características de estos sistemas de calefacción que permiten disfrutar, sin peligros, del fuego.

chimenea
Las chimeneas –consideradas como un sistema de fuego abierto– distribuyen el calor, únicamente, en la sala donde se encuentran instaladas. Su componente principal es el módulo o placa de fogón –lugar donde se realiza la combustión de la leña o el carbón–, generalmente realizado en ladrillo refractario, hierro fundido o chapa de acero.

Pese a que el ladrillo refractario aprovecha escasamente cualquier tipo de combustión, no es obstáculo para que éste sea el material más requerido en la construcción de chimeneas, fundamentalmente por la vistosidad que confiere al acabado final. De hecho, buena parte de estas instalaciones tiene como referente este componente, sobre todo en aquellas viviendas en las que se quiere aportar un toque más rústico y tradicional en la decoración.

No obstante, el material más idóneo para un disfrute prolongado del calor es el hierro fundido. Un sistema de ventilación añadido permite que éste sea refrigerado cada cierto tiempo para que la placa no alcance temperaturas que superen las admitidas.

Por último, el módulo de chapa se caracteriza por una rápida transmisión de calor, que se traduce en una instantánea puesta en funcionamiento de la placa.

En cuanto al aspecto exterior, la tipología de las chimeneas es muy variada y dependerá siempre de los gustos y disponibilidad económica del usuario.

Así, se podrá decantar, fundamentalmente, por la piedra, el granito, el mármol o por la chapa de acero reforzada con hierro fundido.

Recuperadores de calor
También conocidos como cassettes o inserts, se caracterizan por ser un sistema de fuego cerrado en el que un entramado de conductos internos puede distribuir el calor a las distintas estancias de la casa, convirtiéndose en un auténtico sistema de calefacción para toda la vivienda, capaz de sustituir o complementar los tradicionales sistemas de radiadores distribuidos por el hogar.

El rendimiento de un recuperador de calor (70%) es casi el doble con respecto al de una chimenea (40%), en lo que a emisión calorífica se refiere. Es decir, su pérdida de calor es mucho menor y menos inmediata que en el caso de una chimenea tradicional, con lo que es posible lograr una mejor temperatura y durante más tiempo en cualquier habitación del hogar.

Los cassettes o inserts suelen ser elementos de hierro fundido o acero refractario que se incorporan adicionalmente en el hueco de una chimenea.

Se caracterizan por poseer una puerta –del material en que se encuentra fabricada la pieza y de cristal vitrocerámico– que favorece un mayor rendimiento del calor, al eliminar una continua irradiación de éste hacia el exterior, permitiendo una perfecta visión del fuego que se produce en el interior.

Los cristales vitrocerámicos de estos elementos, aunque de calidades similares, presentan algunas diferencias en cuanto a su mecanismo de autolimpieza.

Así, existe un tipo de cristal, denominado autolimpiable, que posee una película de mercurio que, al llegar a la temperatura de 400 grados centígrados realiza la función de limpieza automáticamente.

Por contra, otros cristales instalados en algunos recuperadores de calor basan su mantenimiento en unas corrientes de aire que actúan cada cierto tiempo, impidiendo que el humo enturbie la visión del interior.

Además, los cassettes o inserts vienen equipados con dos turbinas que aceleran el proceso de encendido del material de combustión, y con un termostato que, cuando se alcanza una temperatura de entre 40 y 50 grados centígrados, aproximadamente, ordena la supresión de la función de las turbinas, con lo cual cesa la emisión de calor.

En este hecho se cifra la principal ventaja de los recuperadores: en la utilización racional de la energía calorífica generada.

Estufas
Por su parte, y aunque con una presentación bien diferente, las estufas se caracterizan también por su máxima recuperación del calor, así como por su bajo consumo, por su sencilla limpieza y por su seguridad. Realizadas, en la mayoría de los casos, en chapa y hierro fundido, la variedad de estufas va desde aquellas cuyo funcionamiento es eléctrico hasta otras que utilizan la leña o el carbón como combustible para suministrar calor dentro de las viviendas.

No obstante, existen también algunos modelos que funcionan con gas, aunque es difícil su instalación en los hogares, debido a que la gran mayoría de las casas de las grandes ciudades no dispone de salidas o tubos de evacuación de gases, salvo en la cocina.

En cualquiera de los casos, las estufas cumplen –al igual que las chimeneas y los recuperadores de calor– una importante función estética, además de la puramente calorífica. En el mercado encontrará desde diseños estrictamente clásicos a productos auténticamente vanguardistas.

En lo que a los materiales de combustión se refiere –leña o carbón, fundamentalmente–, distintas empresas se encargan de suministrárselos en su domicilio. Asimismo, la correcta limpieza y mantenimiento de estos equipos periódicamente es fundamental para asegurar su buen funcionamiento y prevenir posibles riesgos.


 GRÁFICO: Así es un chimenea



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