|
|
De
los jesuitas a los ortodoxos |
por
Diana Rodríguez | No dejaba a
nadie indiferente. Tuvo cantidades ingentes de aduladores y, casi en la misma
proporción, detractores. Para los primeros, pertenecientes a los sectores
más conservadores del arco eclesial, era el 'Vicario de Cristo' y el Papa
que la Iglesia necesitaba tras los devaneos del Vaticano II. Para los segundos,
fue el Papa involucionista, que le cortó las alas a la dinámica
colegial iniciada por el mismo Concilio. Sus principales amigos y enemigos
de dentro y de fuera de la Iglesia. | |
|
| Los
movimientos neoconservadores La Compañía de Jesús
fue la punta de lanza del poder papal y su 'unidad de elite' hasta la llegada
de Juan Pablo II al solio pontificio. El Papa polaco cambió profundamente
su 'ejército' y colocó en vanguardia a las huestes de los nuevos
movimientos neconservadores. Opus Dei, Comunión y Liberación,
Legionarios de Cristo, Focolares, Carismáticos y Neocatecumenales
pasaron a ser los apoyos más claros del Papa. Y sus amigos más fieles
y más íntimos. Los nuevos movimientos se convirtieron en defensores
a ultranza de la política papal y, al mismo tiempo, se convirtieron en
el 'vivero' de vocaciones por excelencia, un bien sumamente escaso en la Iglesia
actual. A cambio de su apoyo incondicional, el Papa les concedió favores
y poder. Por ejemplo, beatificando, contra el parecer de amplios sectores eclesiales,
al fundador de la Obra, Josemaría Escrivá. O haciendo cardenales
a varios miembros declarados de los demás movimientos. O presidiendo sus
magnas concentraciones en Roma. | | |
| Los
conservadores Además de los nuevos movimientos, entre los amigos
del Papa se cuentan todos los miembros del amplio sector conservador eclesial.
Los partidarios de una presencia pública de la Iglesia y del mantenimiento
de la moral sexual tradicional. Los que se oponen a cualquier cambio o modernización
en el seno de la Iglesia. Recelan del mundo, se sienten permanentemente atacados
por él y preconizan una Iglesia fuerte y que dé seguridades doctrinales.
Estos sectores tienen mucho poder en la Curia y en los episcopados de todo el
mundo y entre los fieles de más edad. |
| |
|
|
| Iglesia
popular Bajo este epígrafe se pueden aglutinar a los numerosos
'enemigos' del Papa Wojtyla. Desde las comunidades de base latinoamericanas y
europeas, hasta los sectores más progresistas y abiertos de la comunidad
eclesial. Los que preconizan una Iglesia pobre y de los pobres, sin poder, democrática
y abierta al mundo. | | |
|
La Teología
de la Liberación El Papa Wojtyla acabó con la Teología
de la Liberación latinoamericana. Primero, haciéndole la vida imposible
a sus más prestigiosos epígonos. Leonardo Boff, harto de las presiones
vaticanas del cardenal Ratzinger, prefecto del exSanto Oficio, se secularizó.
Y los demás padres de esta Teología, como Gustavo Gutiérrez
o Jon Sobrino, están permanentemente sometidos a la vigilancia de Roma.
Además, el Vaticano 'domesticó' la citada teología, adueñándose
de sus términos y de sus señas de identidad. Por ejemplo, utilizando
la «opción preferencial por los pobres», pero vaciándola
de su contenido subversivo. | | |
|
Los teólogos
Durante su pontificado, el cardenal Ratzinger represalió a muchos teólogos.
Los más prestigiosos o fueron excomulgados (caso del ceilandés Tissa
Balasuriya), privados de la autorización para enseñar (Hans Küng,
Benjamín Forcano, José María Castillo, Juan Antonio Estrada),
obligados a colgar la sotana (Paul Collins o Leonardo Boff), sometidos a vigilancia
(Gustavo Gutiérrez, Schillebeeckx, Metz, Rhaner, Curran, Fox) y oprimidos
por el miedo a la jerarquía. | | |
|
Protestantes y ortodoxos
Las dos grandes ramas escindidas del tronco católico llevan siglos a la
greña con Roma. Los protestantes acusan al Papa de promover un ecumenismo
que les obliga a autodisolverse en el magma católico. Nunca le perdonarán
el documento de Ratzinger, avalado por el propio Papa, en el que se les tacha
de 'Iglesias de segunda categoría'. Los ortodoxos, por su parte, acusan
a Roma de promover el proselitismo en su zona de influencia y de actuar con prepotencia.
Por eso, se negaron siempre a abrirle al Papa las puertas de Moscú. |
| |
| | |
| | |
| Coordinación:
Sonia Aparicio | Diseño: Rocío Martínez,
Lucía R. Lillo, Ana Muniesa. © Mundinteractivos, S.A. - Política
de privacidad | |