Menudo
talento por fin reconocido con un papel protagonista. Dice George
Clooney que cuando lo vio metido en el papel de Edward Murrow se quedó
sin habla. Era el propio Murrow, con todo el peso de la responsabilidad y la tensión
del desafío político sobre sus hombros. Nadie mejor que él
podía pronunciar esos inteligentes editoriales como puñaladas invisibles
y despedirlos dignamente con un «Buenas noches, y buena suerte». Hace
creer a los espectadores que somos en realidad telespectadores de su programa
en el salón de casa.
David Strathairn hasta ahora no era
más que un rostro familiar por sus apariciones secundarias en el celuloide.
Lo recordamos de 'Las flores de Harrison' (2000), donde encarnaba a un
fotoperiodista que cae en estado de shock psicológico en plena
contienda de la guerra de la antigua Yugoslavia. También fue el marido
borracho y violento de Dolores Claiborne (Kathy Bates) en 'Eclipse total' (1995),
y el jefe de la sórdida red de prostitución de 'L.A. Confidential'
(1997), y el hermano de Tom Cruise en 'La Tapadera' (1993), y el ciego
de 'Los fisgones' ('Sneakers', 1992)... Parecen dársele bien los
personajes de una contención brutal que encierran un mundo interior intenso
y convulso, como el de Edward R. Murrow.