LA REPLICA DE LOS ABOGADOS

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Resumen de noticias



EL MUNDO reproduce el informe del fiscal Starr íntegro con el índice traducido al español para facilitar su lectura, además de la réplica de los abogados a dicho documento.
Además puede consultar una selección de los fragmentos más interesantes del Informe Starr en los que se explican las 11 razones que ha encontrado el fiscal para destituir a Clinton (en español), así como los puntos más polémicos de dicho informe, igualmente en español. EL MUNDO también les ofrece la traducción de los 17 puntos en los que se basan los abogados para replicar el informe Starr.

Los 17 puntos en los que se basa la defensa para replicar el informe del fiscal Starr:

1. El presidente ha reconocido que cometió una seria equivocación - una relación inapropiada con Monica Lewinsky. El se ha responsabilizado de sus acciones, y ha pedido disculpas al país, a sus amigos, a los miembros de su partidos, a su Gabinete y, lo más importante, a su familia.

2. Esta equivocación, en el ámbito privado, no puede significar un proceso de destitución. Una relación fuera del matrimonio está mal - y el presidente lo ha admitido. No es un alto crimen o delito. La Constitución recoge especifícamente que la destitución sólo puede darse por "traición, soborno u otro tipo de altos crímenes y delitos". Estas palabras en la Constitución fueron elegidas con mucho cuidado, y después de largas deliberaciones.

3. "Importantes crímenes y delitos" tuvieron un significado concreto para los creadores de nuestra Constitución significó que se han cometido faltas contra nuestro sistema de Gobierno. La cláusula de destitución fue diseñada para proteger al país contra el presidente que utilizara su poder oficial contra la nación, contra los americanos, o contra nuestra sociedad. Nunca fue diseñado para permitir a un cuerpo político destituir al presidente por un error personal.

4. Recuerda - este informe está basado enteramente en alegaciones obtenidas por un Gran Jurado- Montones y montones de alegaciones y "evidencias" intencionadas que nunca serían admitidas ante un tribunal, que nunca han sido vistas por el presidente o sus abogados, y que no estuvieron sujetas a ningún examen o cualquier otra tradicional salvaguarda para asegurar su credibilidad.

5. El Gran Jurado no está diseñado para buscar la verdad. Ellos no son, ni están hechos para asegurar la credibilidad, la confianza, o simplemente la justicia. Ellos sólamente existen para acusar. Incluso este es el proceso que el Independent Counsel ha elegido como evidencia para escribir su informe.

6. La Ley define el perjurio de manera muy clara. El perjurio requiere la prueba de que un individuo de forma consciente ha hecho una declaración falsa bajo juramento. Respuestas a preguntas que son literalmente verdad no son perjurio. Incluso si una respuesta no responde directamente a la pregunta realizada, no es perjurio si es verdad -los no acusados tienen la obligación de ayudar al acusador-. Respuestas a preguntas fundamentalmente ambiguas tampoco tienen porqué ser perjurio. Y nadie puede ser acusado de perjurio basándose sólamente en el testimonio de otra persona.

7. El presidente no cometió perjurio. La mayoría de las filtraciones ilegales sugieren que su testimonio fue 'falsamente perjuriado'. Lo primero de todo, el presidente nunca testificó en el "caso Jones" que no hubiera estado a solas con la Srta. Lewinsky. El presidente nunca testificó que su relación con la Srta. lewinsky fuera la misma que con otra becaria. Por el contrario, el admitió que intercambiaban regalos, que conocía que estaba buscando trabajo, que recibía cartas y notas suyas, y que conocía otros detalles de su vida personal que hicieron que mantuvieran una relación especial.

8. El presidente admitió que tuvo una relación sexual inapropiada con la Srta. Lewinsky. En una declaración civil, el presidente dio ajustadas contestaciones a preguntas ambiguas. En términos legales, estas respuestas no pueden ascender a un cargo criminal de perjurio. En la relación a la admisión del presidente de su relación, la sorprendente revelación sólo puede ser entendida para humillar al presidente y forzar su expulsión.

9. El no obstruyó a la Justicia. Nosostros creemos que Betty Currie testificó que la Srta. Lewinsky le pididó que guardara los regalos y que el presidente nunca le habló sobre los regalos. El presidente admitió intercambiar regalos de la Srta. Lewinsky cuando le preguntaron al respecto. El presidente nunca pidó a la Srta. Lewinsky que se deshiciera de los regalos y nunca pidió a la Srta Currie que los guardara. Nosotros creemos que el tesimonio de la Stra. Currie apoya al del presidente.

10. El presidente nunca intentó conseguir a Ms. Lewinsky un trabajo después de que dejara la Casa Blanca para influir en su testimonio en el caso de Paula Jones. El presidente sabía que Srta. Lewinsky estaba descontenta en su trabajo en el Pentágono, después de que ésta abandonara la Casa Blanca. No obstante, pidió a la oficina de personal de la Casa Blanca que la trataran bien en su búsqueda de trabajo. El nunca pidió a nadie que la contratara, ni dio ninguna indicación de que quisiera que se realizara esta acción. A la Srta. Lewinsky nunca se le ofreció un trabajo en la Casa Blanca después de que se fuera, y es bastante evidene que si el presidente lo hubiera pedido, así hubiera sido.

11. El presidente no facilitó la entrevista de Srta. Lewinsky con Bill Richardson, ni sus discusiones con Vernon Jordan. Betty Currie pidió a John Podesta si podía ayudarla con su nueva búsqueda de trabajo, que la llevó a una entrevista con Bill Richardson, y Srta. Currie también la puso en contacto con su buen amigo, Sr. Jordan. El Sr. Jordan ha dejado claro que en este caso, y, como individuo privado, él es libre para dar consejos laborales si él lo ve adecuado.

12. No hubo sobornos. No se esperaba que Betty Currie fuera testigo en el caso de Paula Jones. Si ella no fue llamada, o no iba a ser llamada a declarar, era imposible por ninguna de sus conversaciones con el presidente,que éste la sobornara. El presidente testificó que él no intentó de ningún modo influenciar sus testimonios.

13. No hubo "temas de conversación". Numerosos agujeros ilegales llenan las misteriosas conversaciones como prueba de que el presidente o su plantilla intentaron sobornar a Monica Lewinsky o a Linda Tripp para que cometieran perjurio. El portavoz de la OFFICE OF INDEPENDENT COUNSEL dijo que las conversaciones eran la clave para Starr, incluso siendo una autoridad para investigar la vida privada del presidente. Incluso al final, Srta. Lewinsky ha aparentemente admitido que las conversaciones fueron escritas por ella sola (o con la ayuda de Ms. Tripp), y al presidente no le realizaron ninguna pregunta al respecto ante el Gran Jurado.

14. La invocación de privilegios no fue un abuso de poder. La declaración de privilegios al presidente en los tribunales fue solamente hecho al seguir el consejo de sus abogados y fue validado por los tribunales. Las peticiones legales trataban de proteger el corazón de los intereses constitucionales e institucionales y de los futuros presidentes.

15. Ni el presidente ni la Casa Blanca jugaron ningún papel en los esfuerzos políticos del Servicio Secreto para prevenir a los agentes de testificar para preservar su función protectora. El presidente nunca pidió, dirigió o participó en ninguna decisión que tuviera que ver con el privilegio de su función. Tampoco lo hizo ningún oficial de la Casa Blanca. Los departamentos de Tesoro y Justicia de forma independiente decidieron responder a la -sin antecedentes históricos- citación de personal del Servicio Secreto y perseguir el privilegio para asegurar la protección de Clinton y de futuros presidentes.

16. El presidente no abusó de su poder permitiendo al personal de la Casa Blanca que comentara la investigación. El presidente ha reconocido haber engañado a su familia, a las personas a su cargo, y al país, en relación a la naturaleza de su relación con Srta. Lewinsky, y se ha disculpado, al mismo tiempo que ha solicitado el perdón. Sin embargo, este fallo personal no constituye un abuso criminal de su poder.

17. Las acciones de los abogados de la Casa Blanca fueron completamente legales. Los abogados de la Casa Blanca dieron al presidente y a sus oficiales diversos consejos en temas que aparecieron durante la investigación que afectó a las tareas oficiales del presidente. Esto fue especialmente necesario teniendo encuenta que el procedimiento de destitución del presidente era un posible resultado de la investigación. De hecho, a lo largo de la investigación, la OFFICE OF INDEPENDENT COUNSEL (OIC) confió en su oficina para la labor de juntar información y solicitar entrevistas y apariciones ante el Gran Jurado. Las acciones de esta oficina eran bien conocidas por la OIC a lo largo de la investigación y nunca se escuchó ninguna objección al respecto.

Esto significa que el informe de la OIC incluye solamente los detalles de una relación sexual privada, detallado de forma gráfica con la intención de desconcertar.

Dadas las débiles e insustanciales bases para las acusaciones, hay una completa falta de una evidencia creible para iniciar la petición de destitución en relación al presidente.

Y el principal propósito de esta investigación, y el informe de la OIC, es turbar al presidente y estimular al público con la producción de un documento que es poco más que un texto de poca confianza, que narra sólo una versión del comportamiento sexual.

¿Dónde está el Whitewater? Las alegaciones enviadas de la OIC no incluyen ninguna sugerencia de una mala actuación por parte del presidente en ninguna de las áreas en las que Sr. Starr estuvo investigando durante 4 años:

Whitewater, los archivos del FBI y la oficina de viajes de la Casa Blanca. Lo que comenzó como una petición de informes en Arkansas finalizó en una investigación judicial en relación a los breves e impersonales encuentros entre el presidente y MS. Lewinsky. A pesar de la exhaustiva investigación de la OIC en el Whitewater, en los archivos del FBI y en los asuntos de la oficina de viajes, y tras una constante corriente de sugerencias de adulterio en los medios de comunicación durante años, hasta el día de hoy la OIC nunca ha exculpado al presidente y a la primera dama de ningún crímen


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