Los hombres de mi agenda


Los hombres de mi agenda


A PESAR DE NUMEROSOS esfuerzos de comprensión, muchos manotazos al aire, sucesivas mordeduras de lengua, varios ejercicios de reflexión acelerada (con inmersión bajo las sábanas, ese útero en el que los humanos solemos recalar al final del día para reencontrarnos a nosotros mismos), a pesar también de la ingestión de unos cuantos miligramos de lorazepan con el propósito de provocar la amnesia, y lo que es peor, incluso a pesar de haberme sometido a una fuerte comedura de coco para evitar que mediara en mi ánimo el desafecto a la camiseta que representas, a pesar de todo, digo, no hay manera: me sigue castigando esa foto tuya, envuelto en la bandera yugoslava, con la que nos obsequiaste cuando se desataron los primeros -terribles, y a mi juicio nunca justificados- bombardeos de la OTAN. Conste que he hecho todo lo posible por entenderte, y conste también que me parecen estúpidas aquellas palabras de un representante del Real Madrid en las que se te conminaba a no tener otra ideología que la de los goles. Eso es absurdo, mezquino, y me retrotrae a una frase que las folclóricas han utilizado con frecuencia para escurrir el bulto de los compromisos: "El arte no tiene fronteras". Suena bien, pero es tan manido como falso.

Dicho esto, vuelvo a la bandera. A tu bandera. En realidad aquel gesto se corresponde con el de otros deportistas, alineados en el otro lado de la barricada, que reprodujeron luego en diversos lugares de la geografía española. Me resultan chocantes. Nunca he profesado afecto a ninguna bandera, y esfuerzos hube de hacer cuando, en los años de la transición, se alentó el ánimo de los catalanes para que, senyera en mano, gritáramos aquello de "llibertad, amnistía, estatut de autonomía". Llegó el Estatut, y mi bandera se quedó en el trastero, relegada al papel de simple trapo que ahora cubre el esqueleto de una vieja cama turca.

Decía Manuel Vicent en un bellísimo artículo que los hombres compartimos con las ratas la querencia al exterminio. Claro que las ratas lo hacen desde la razón biológica, y nosotros desde la razón intelectual, que a la postre es la sinrazón, pues semejantes impulsos no obedecen sino a instintos tribales pérfidamente manejados por algunos líderes de turno. En el manejo de tales instintos hay gente muy hábil, y no hace falta mirar fuera para encontrar ejemplos de esa bastarda manipulación con la que nos adorna la reciente historia. ¡Cuánto canibalismo existe disfrazado bajo los discursos de ciertos políticos! Nos empeñamos en buscar más los aspectos que nos separan que aquellos que nos unen. Bien es verdad que muchísimos estados han sido construidos de forma caprichosa utilizando arbitrariamente un cartabón o un rotulador, pero eso no justifica el afán prepotente y aniquilador de algunos nacionalismos.

Pedja, creo que no supiste medir bien el alcance de tu gesto. Te asiste el derecho del mundo a envolverte en un trapo y apoyar a ese cafre llamado Milosevic -incluso puedes ampliar tu gama de ídolos y llevarla hasta Sadam Hussein, El Assad, Pol Pot, Mobutu o Pinochet- pero el mismo derecho me asiste a mí para replicarte que estás un poco zumbado. Hacer el memo con una bandera no conduce a nada. Sólo al delirio y a la alienación. Además, qué quieres que te diga, el brillo de tu gomina traiciona tus intenciones. Es un brillo que te convierte, cuando menos, en un personaje anacrónico.

PEDJA MIJATOVIC

BANDERA, me sigue castigando esa foto tuya, envuelto en la bandera yugoslava, con la que nos obsequiaste cuando se desataron los bombardeos.

GOMINA, qué quieres que te diga, el brillo de tu gomina traiciona tus intenciones.



Ernesto Cardenal / El último desfío de dos actores / Misión Sobrevivir / Mariah Carey / Nacido en un campo de golf / Cómo librarse del efecto 2000 / Un metro de historias / Los hombres de mi agenda, Carmen Rigalt/ Las mujeres de mi agenda, Marín Prieto/ La Mirada de Umbral/ Gentes/ El Tablón/ Mesa y Mantel/ Vino/ Recetas/ Comer/ Horóscopo/ Conócete/ Almanaque / Aquellos años de..../

El club del vino/

M H Z

TOP LA REVISTA