Objetivo:
acabar con Disney
La
venganza es un plato que se sirve frío. Y si no que se lo
digan a Jeffrey Katzenberg, que ha necesitado siete años
para realizar su vendetta. A fines de los ochenta, este ejecutivo
logró resucitar Disney, una compañía entonces
moribunda. Productor y mente maestra de películas como La
Bella y La Bestia y El Rey León, gracias a él la compañía
del ratón Mickey entró en una segunda edad dorada.
Pero
en 1994 el presidente ejecutivo de Disney, Frank Wells, moría
en accidente de helicóptero. Parecía claro que el
triunfador ocuparía su puesto. Sin embargo Michael Eisner,
el hombre que lo había fichado, prefirió dárselo
a un oscuro directivo que duró sólo un año.
Despechado, Katzenberg abandonó la fábrica de clásicos
como Blancanieves o La Cenicienta y se unió a Steven Spielberg
para fundar Dreamworks, el primer gran estudio cinematográfico
del siglo XXI.
Katzenberg
juró demostrar a la Disney que no les necesitaba para hacer
grandes películas de animación. Tras fracasar con
su primer proyecto, El Príncipe de Egipto, volvió
la vista hacia la animación digital. Luego llegaron éxitos
como Antz (Hormigaz), o Chicken Run. Y ahora, con Shrek, puede ver
finalmente colmados sus deseos.
Shrek
acaba de llegar a nuestro país. Pero ya es todo un éxito
en los cines de Estados Unidos, donde se estrenó hace dos
meses. Así, lleva recaudados ya más de 25.000 millones
de pesetas (150 millones de dólares). Y ha batido el récord
absoluto de cines en los que se exhibe, con 3.715 salas.
Además,
su estreno en el Festival de Cannes ha supuesto un reconocimiento
a la madurez de esta disciplina: por primera vez un festival prestigioso
incluía en su sección oficial una película
creada exclusivamente por ordenador. La presentación de la
cinta en la muestra francesa ha ido acompañada de los mayores
elogios recogidos en mucho tiempo por una película de animación.
Por
ejemplo, el crítico de cine más influyente de Estados
Unidos, Roger Ebert, ha dicho: La película es una asombrosa
delicia visual, creada con técnicas de animación que
resultan a la vez realistas y fantásticas. Ningún
ser animado se ha movido ni respirado nunca de manera tan convincente
como Shrek.
HISTORIA.
Los aficionados encontrarán en el argumento de Shrek numerosas
referencias a Disney y a su rica historia: por ella desfilan personajes
como Cenicienta, Pinocho y Robin Hood. E incluso Farquaad, el villano
de la historia, tiene un cierto parecido físico con Michael
Eisner, el ex jefe de Katzenberg.
Pero
la verdadera venganza de Katzenberg reside en haber superado a Disney
en su propio terreno. Tras este cuento de hadas, protagonizado por
un ogro verde y su asno, se encuentran los animadores de Pacific
Data Images. Esta es la empresa que, de la mano de Dreamworks, desafió
hace un par de temporadas la hegemonía de Pixar, creador
de Toy Story y aliado de Disney en la animación digital.
Y que con Antz (Hormigaz, en España), compitió con
éxito con Bugs (Bichos).
En
Shrek, PDI ha reproducido el mundo mágico de los cuentos
tradicionales con un realismo hasta ahora desconocido. La historia
se desarrolla en 36 escenarios diferentes. Tres docenas de especialistas
se dedicaron exclusivamente a crear las luces y sombras de cada
escena.
La
simulación de fluidos tiene un grado de verosimilitud nunca
visto: el agua, la cerveza o la leche se han recreado respetando
propiedades físicas como su densidad. Y los personajes que
desfilan por la pantalla se crearon de dentro hacia fuera. Primero
se diseñó su estructura ósea, más tarde
sus músculos y, finalmente, se añadieron capas de
grasa. Este modelado hace que, aunque los personajes no pretendan
ser realistas, sus movimientos sí lo sean.
FINAL
FANTASY. Y Dreamworks no es la única amenaza para Disney.
En la otra punta del globo, en Japón, otro hombre persigue
un sueño similar al de Katzenberg. Se llama Hironobu Sakaguchi
y es el padre de Final Fantasy, una de las sagas de más éxito
de la historia de los videojuegos.
Ahora,
ha querido trasladar este éxito al cine con su primera película,
Final Fantasy: The Spirits Within (Fantasía Final: los espíritus
internos), que se estrena en julio en Estados Unidos y en agosto
en España.
A diferencia
de las producciones de Pixar para Disney y de PDI, Final Fantasy
se aleja deliberadamente de la estética de dibujos animados
para crear personajes y escenarios de un fotorrealismo sin precedentes.
El objetivo que el director planteó a la compañía
Square fue crear una película en la que los espectadores
pudiesen llegar a tener dudas sobre si lo que están viendo
son actores reales o personajes sintéticos.
Para
ello, reunió un equipo de trescientos profesionales curtidos
en producciones como Matrix o Titanic y los encerró en un
paraíso natural: Hawai. En las oficinas de Square en Honolulu
(un edificio con tres plantas repletas de estaciones gráficas
SGI) se trabaja a destajo desde hace cuatro años para producir
entre tres y cinco minutos de imágenes en movimiento al mes.
La envergadura del proyecto ha sido tal que su presupuesto inicial
ha acabado doblándose y supera ya los 20.000 millones de
pesetas, lo que ha obligado a Square a anunciar su próxima
salida a Bolsa.
Pero
el detallismo de la producción no tiene precedente. Algunos
programas desarrollados expresamente para la película necesitaron
año y medio de planificación. El 20% del tiempo de
trabajo se ha empleado en generar el pelo de Aki, la protagonista,
con más de sesenta y cinco mil cabellos diferentes. Elementos
como el fuego y materiales como el cuero se han recreado con nuevas
técnicas informáticas, inventadas cuando el proyecto
ya estaba en marcha. Una vez terminada, hubo que retocar el comienzo
de la película porque, en comparación con los resultados
obtenidos al final, se había quedado viejo. Todo un ejemplo
del vertiginoso ritmo al que se desarrolla la tecnología
en estos tiempos.
La
contraofensiva de Disney
Ya ha llegado a los cines estadounidenses la última superproducción
de Disney, Atlantis, el imperio perdido. Y en España Las
locuras del emperador, título anterior en su muy extensa
filmografía. Eso en cuanto a la animación tradicional,
pero la verdadera contestación llegará con otra película
firmada con Pixar: Monster Inc, que se estrenará el 2 de
noviembre en Estados Unidos.
Pero
sus películas, a diferencia de otros tiempos, tienen ahora
duros rivales en las carteleras. Otros estudios, más dinámicos
y modernos, le han tomado la delantera en el lanzamiento de bellas
historias de dibujos animados. La principal amenaza para Disney
ahora se llama Dreamworks. Una empresa creada exprofeso para arrebatarle
el cetro a Disney por tres pesos pesados de la industria como son
Steven Spielberg, y los exejecutivo de Disney Jeffrey Katzenberg
y David Geffen. Y que acaba de lanzar una pequeña obra maestra
llamada Shrek. Pero también Square aspira a hacerse un hueco
en esta industria en constante evolución.
El
resultado de este primer asalto lo conoceremos al final del verano.
Entonces sabremos de qué manera Final Fantasy y Shrek cambiado
el universo de la animación.
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