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Los comienzos de los 80 contemplaron un Ortega Cano esforzándose por situarse en los puestos medios del escalafón, sin sobrepasar los 30 contratos por temporada. Una fecha que cambió la carrera del matador de Cartagena fue el 22 de mayo de 1986. Aquella tarde cortó dos orejas a un toro de Baltasar Ibán. El 12 de septiembre de ese mismo año repitió éxito en Madrid, abriendo la Puerta Grande en un festejo con toros de Buendía. Triunfos que tuvieron continuidad al siguiente año, también en Las Ventas. A partir de entonces, Ortega Cano comenzó a ser considerado una de las figuras del escalafón, puesto que no abandonarí ya. Para la historia ha dejado sus famosos mano a mano en Madrid, especialmente en los tercios de quites, con el desaparecido Julio Robles y con el colombiano César Rincón. A partir de 1995, su carrera vuelve a sufrir transformaciones, especialmente
tras su matrimonio con la cantante Rocío Jurado. A partir de esa
temporada, en la que resultó herido de gravedad en la plaza colombiana
de Cartagena de Indias, los triunfos se espaciaron. En la temporada de
1998 anunció su retirada. El año se saldó con un
balance irregular, con triunfos en Sevilla y fracasos sonoros, como su
encerrona en solitario en Madrid. Tras dos temporadas ausente de los ruedos,
ha vuelto a vestirse de luces en 2001.
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