Con los anuncios televisivos del
siglo XXI, la caja tonta pone a prueba nuestra
inteligencia e intenta vendernos
la estética y la forma de vida que envuelve los más
variopintos productos. La sofisticación
de algunos spots hace necesario un master
en publicidad para entender los cada vez más subliminales
mensajes, que se pueden englobar en diversas categorías.
Filosóficos
Más que el producto en cuestión, lo que importa son
las sensaciones que transmite: amar,
soñar, reir... Son los favoritos de las grandes empresas como
Unión Fenosa, Iberia, Inditex o BMW,
cuyos articulos son de sobra conocidos y lo que venden, con una banda
sonora más o menos original, es una imagen
de marca asociada al triunfo y al bienestar.
Estética Retro
Los anuncios no son ajenos a la estética de los 60/70
que impregna la moda, la música y el arte en general. El
spot en el que un autoestopista clónico de Elvis
Presley mueve sus caderas en el asiento de un Audi;
el de Mistubishi, en el que otro
clónico del Toni Manero de
Fiebre del Sábado Noche deja plantada a la parentela (con
flotador incluido), por unas explosivas rubias o el de Canal
Plus, en el que una abuelita de esas que compartían
el 600 con la nuera, el loro y los
nietos para ir a Benidorm se marcha
con unos musculosos deportistas, son los mejores ejemplos del tirón
comercial de la década prodigiosa.
Autoayuda
Están protagonizados por "Anti",
"Semi", "Sin" y "Ligth", los
super héroes que prometen ayudarte a conseguir a la felicidad
y el éxito personal, que no es otro que tener un cuerpo Danone
compatible con el trabajo, la casa, los niños y el marido.
Su eficacia está científicamente
probada, aunque no son aptos para
gente de poca fe, con tendencias
depresivas y buen apetito.
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