Desde 1945, más de 80 naciones
que se encontraban bajo el dominio colonial se han
integrado en las Naciones Unidas como Estados soberanos independientes
y otros muchos territorios han alcanzado la libre determinación
mediante la asociación política o la integración
en otros Estados.
En
la actualidad, Gibraltar
es uno de los 17 territorios no
autónomos que aún existen en el mundo,
cuando la ONU se encuentra en el segundo
decenio internacional para la eliminación del
colonialismo,
un problema debatido en este foro internacional desde su creación,
en 1945, como árbitro internacional tras la Segunda
Guerra Mundial. La Carta
de la ONU, en su capítulo XI, ya incluía
la Declaración
relativa a territorios no autónomos.
El 14 de diciembre de 1969, las Naciones
Unidas sientan las bases de la descolonización en
el mundo al aprobar la resolución 1514, conocida
como Declaración
sobre la concesión de la independencia a los países
y pueblos coloniales. Cuatro años antes, el
16 de diciembre de 1965, la Asamblea General ya había
aprobado la resolución 2070, en la que invitaba a España
y al Reino Unido a iniciar negociaciones para solucionar el
problema de Gibraltar.
A pesar de la oposición de
la ONU y de España, el 10 de septiembre de 1967
se celebra un referéndum en el Peñón,
en el que una abrumadora mayoría de los gibraltareños
se pronuncia a favor de mantener la soberanía británica.
Aunque la ONU rechazó este referéndum, al año
siguiente el Gobierno británico aprobó una nueva
Constitución gibraltareña y el Gobierno español
respondió decretando el cierre de la verja, el 8
de junio de 1969.
Los gobiernos de ambos países
han mantenido desde entonces distintas rondas de negociaciones,
al mismo tiempo que Naciones Unidas hacía un llamamiento
a la necesidad de diálogo y de acercamiento de posturas.
A pesar de las expectativas abiertas en 1984 por el proceso
de Bruselas -por primera vez, el Gobierno británico
aceptaba explícitamente empezar a discutir la cuestión
de la soberanía-, el estatus colonial de La Roca
ha permanecido inalterable hasta hoy en día, a pesar
del anacronismo que supone para el desarrollo de una Europa
sin fronteras.
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