LA GUERRA DEL BOTÓN

PORTADA
QUE VIENE LULA
SUS RIVALES
UN PAÍS CON MIL CARAS
ELLAS TAMBIÉN VOTAN
URNAS ELECTRÓNICAS
EL MERCADO TIEMBLA
BRASIL, EN CIFRAS
EFECTO GUARANÁ
QUE COISA MAIS LINDA

Una urna electrónica en el web del Tribunal Electoral de Brasil permite a los electores practicar la correcta marcación de dígitos, simulando que votan por el Partido de la Música, el de la Literatura o el de la Televisión.

Y el nuevo presidente de Brasil es... Caetano Veloso. En política-ficción, al menos, no es tan descabellado. Porque, aunque el célebre cantante no sea siquiera candidato, su nombre aparecía en casi todas las simulaciones de voto que 115 millones de electores brasileños tuvieron la oportunidad de practicar. Es el entrenamiento imprescindible para no enredarse el día D (6 de octubre de 2002) a la hora H (entre las 8.00 y las 17.00 horas), con posible secuela en segunda ronda.

En esas simulaciones -que proliferan
en revistas, diarios e incluso en centros comerciales con verdaderas urnas prestadas por las autoridades electorales-, los candidatos eran personalidades del Partido de la Música (Caetano Veloso, Gilberto Gil), en dura pugna con el también potente Partido de la Literatura (Machado de Asís, Euclides da Cunha).

Las elecciones brasileñas son trascendentales para todo el continente y un tanto farragosas para el votante. No menos de 25 botones tenía que presionar el elector para explicar a la urna electrónica cuáles son sus elegidos. El interrogatorio comienza con el nombre -reducido a números- de su candidato a diputado federal: digite usted el número correspondiente, compruebe el nombre y rostro del candidato en pantalla, oprima el botón verde si es correcto, el rojo si anula, el blanco si el voto es ídem... y a por la siguiente votación, que aún le quedan cinco: diputado (esta vez del estado), un senador, otro senador, el gobernador que más haya convencido en la campaña y, para quien no se haya rendido todavía, pirueta final con el nombre de quién dormirá los próximos cuatro años en el Palacio de Planalto.

NO OLVIDAR LA 'CHULETA'

Ante la posibilidad de que muchos electores se enredaran en esa maraña de guarismos -que en la campaña han ocupado tanto espacio como los mismísimos rostros de los candidatos-, las autoridades recomendaban llevar los números anotados en una especie de 'chuleta' electoral. Evita errores y acorta las largas esperas que se prevén en los colegios electorales. Todo el que tenga más de 18 años, menos de 70 y haya estudiado el abecé ha de encarar la urna electrónica. El voto en Brasil es obligatorio y hay que presentar un justificante para no ser catalogado como «ciudadano irresponsable» y recibir una multa, aunque el implacable peso de la ley se traduce en sanciones de entre uno y tres reales (menos de un euro).

El presidente del Tribunal Superior Electoral pronosticó orgulloso que, cuatro horas después del cierre de las urnas, el 90%, de los votos para presidente ya habría sido escrutado, y que a media noche se dispondría del 100%. Aunque sus técnicos, algo más realistas, estiraban un poco las horas, no hay duda de que el sistema de votación con urna electrónica es el orgullo de todos los brasileños. Cuando el gigante estadounidense se quemaba las pestañas en Florida escudriñando los votos de papel más o menos perforados, Brasil mostraba orgulloso la imparable implantación del voto electrónico. Corría el año 2000 y hacía ya cuatro que los primeros municipios del país habían experimentado el nuevo sistema. Hoy, en 2002, 409.000 urnas electrónicas recibieron el alud de votos de 5.600 municipios.

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