Como el dinero no da la felicidad,
habrá que disfrutar sin
un chavo en el bolsillo.
"Los que no somos ni ricos ni pobres,
sino todo lo contrario" (Miguel Mihura)
ya nos sabemos la película.
Las primeras fiestas con el euro traen
una cesta de sucedáneos de marisco,
a causa de un petrolero con nombre
que suena a recochineo. La Navidad
de 2002 se presenta pelín antipática.
Dice la patronal española -CEOE-
que hasta finales de 2003, principios
del 2004, no se despejará el
horizonte económico. Saca
punta a los malos augurios y hazte
un vestido con la incertidumbre,
la pérdida de confianza y la
necesidad de reformas estructurales.
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