Tediosa tarde gay. El clan político
daba ejemplo abriendo, muy unido, el ya tradicional
paseíllo-manifestación que todos los años congrega a
una comunidad cada vez menos preocupada por la visibilidad.
Pedro Zerolo, maestro de ceremonias, acompañaba como
es habitual a Trinidad Jiménez. Leire Pajín -PSOE-,
Inés Sabanés y Gaspar Llamazares -IU-, Cándido Méndez
-UGT-, José María Fidalgo -CCOO-, eran también de los
pocos líderes que han sacrificado el show de la Asamblea
de Madrid para dar la cara por un colectivo muy goloso
e influyente. Se notaba la ausencia de Rafael Simancas,
que hace un año se amarraba a la pancarta con el
mismo ímpetu que sus colegas.
Sin embargo, ese espíritu revolucionario que
invadió la fiesta reivindicativa hace 12 meses no se
respiraba en el caluroso ambiente de este año. Papás
con los carritos de los niños, tropel de ciudadanos
latinoamericanos, turistas despistados y señoras de
edad que quedan para merendar los sábados, esperaban
el paso de posibles famosos y de esas carrozas plagadas
de chillonas drag-queens.
El chasco no se hizo esperar. Menos travestis y reinonas,
menos color, menos cuerpos danone y demasiado patrocinio.
El bajón de asistencia entre la población homosexual
se veía venir. Las semanas anteriores se habían multiplicado
los debates entre numerosos grupos de gays y lesbianas.
¿Es necesario convertir en una verbena un tema tan serio?
se preguntaban los menos partidarios de la frivolidad.
Pero como el espectáculo debe continuar, los bares
de copas y restaurantes, las revistas especializadas
y los organizadores de las lucrativas fiestas pusieron
todo su empeño en elevar, a base de atronadora música
y contoneantes go-gos, las expectativas del público.
Claro que formar parte de la comitiva cuesta sus euros.
Y para poder afrontar el gasto nada como echar mano
de marcas dispuestas a aprovechar el tirón rosa. Lancome
y el quincenal Shangay, Smart con la revista 'Zero'
o Zumos Pago con el multitudianario encuentro de ManiFiesta,
se casaron en esta esponsorizada cabalgata-negocio.
Aunque con esto, la comunidad gay se ha sumado un
punto porque el apoyo de actos homosexuales por
importantes empresas, hasta hace poco era algo impensable.
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