El traje de novia
de Doña Letizia Ortiz, de color blanco roto y diseñado por Pertegaz,
está inspirado en la línea princesa, con corte continuado desde
los hombros al suelo, escote en pico con cuello 'corola' y cola de 4,5 metros
bordada con motivos heráldicos.
Realizado en faya de seda natural tramada con hilos de plata fina, la parte superior
del traje va ceñida al cuerpo y se desliza suavemente a partir del talle.
El vestido se remata con una cola de 4,5 metros que sale desde la cadera. El escote
es en pico, con cuello "corola" bordado en hilo de plata y oro, que
también adorna la espalda y las manoplas de las mangas por ambas caras
y el delantero en forma piramidal, así como el bajo de la falda.
El
manto nupcial. Regalo personal del Príncipe a Doña Letizia,
es de forma triangular, de tres metros de largo por dos de ancho. Es de tul de
seda natural en color blanco roto en el que se han bordado a la aguja, siguiendo
técnicas históricas del siglo XIX, roleos y guirnaldas que mezclan
la flor de lis y la espiga.
Las joyas. Pendientes de platino con
diez diamantes, regalo de los Reyes, y diadema de estilo imperio de platino y
brillantes que Doña Sofía lució el día de su boda
y ha llevado en varias celebraciones familiares y ceremonias oficiales. Ha estado
vinculada desde su origen a matrimonios de trascendencia dinástica. El
Káiser Guillermo II se la regaló a su hija, la princesa Victoria
Luisa de Prusia, al casarse con el heredero de Hannover, Ernesto Augusto. Su hija,
la reina Federica, la recibió de su madre al contraer matrimonio con el
entonces príncipe Pablo de Grecia, quienes la entregaron a su hija, la
princesa Sofía, cuando se casó en Atenas con Don Juan Carlos en
1962, cuando era Príncipe de Asturias.
Los zapatos. Son
de salón, firmados por Pura López, de horma clásica fabricada
en el mismo tejido del vestido, con un calado lateral y frontal en forma de lágrima.
Están rematados con un lazo zapatero en el escote. El tacón es de
10 centímetros.
El ramo. Tiene forma de cascada y está
compuesto por lirios, como emblema de los Borbones; rosas, como la flor de mayo,
y azahar, en homenaje a la Condesa de Barcelona y a Doña María de
las Mercedes, primera esposa de Alfonso XII. Incluye flor de manzano, homenaje
al Principado de Asturias y que es también el atributo de Nuestra Señora
de Atocha y, por último, espigas de trigo, símbolo de fecundidad,
esperanza y alegría, que son también atributo de Nuestra Señora
de la Almudena, San Isidro Labrador, Patrón de Madrid, y la castiza Diosa
Cibeles.
El abanico. Procede del siglo XIX, está montado
a la inglesa con varillajes y padrones de madreperla y encaje inspirado en los
venecianos del siglo XVII. El abanico perteneció a la infanta Isabel, 'La
Chata', y ha sido elegido personalmente por la Princesa Letizia como especial
homenaje a Madrid.
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